Ciudad del Vaticano

Sin consenso cristiano para una Semana Santa fija

Los ortodoxos rusos ya han mostrado su oposición a la propuesta del Papa Francisco. Sólo se llevará a cabo si todas las confesiones aceptan. La Santa Sede lo ve «difícil»

El Papa, hoy, en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.
El Papa, hoy, en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.larazon

Los ortodoxos rusos ya han mostrado su oposición a la propuesta del Papa Francisco. Sólo se llevará a cabo si todas las confesiones aceptan. La Santa Sede lo ve «difícil»

La propuesta que hizo el Papa Francisco el pasado12 de junio para que todos los cristianos celebren juntos la Pascua en una fecha fija no está obteniendo de momento grandes consensos por parte ortodoxa. No se trata en cualquier caso de una novedad, pues la Iglesia católica lleva hablando de consensuar una fecha con el resto de comunidades cristianas para unificar esta celebración desde 1963. Fue uno de los frutos del impulso al diálogo ecuménico que dio el Concilio Vaticano II, aunque no llegó a concretarse.

Andrei Curaev, reputado teólogo del Patriarcado Ortodoxo de Moscú, calificó en una reciente entrevista de «irreal» la propuesta del Pontífice, realizada durante un encuentro con más de 1.000 sacerdotes provenientes de 90 países diferentes en la basílica romana de San Juan de Letrán. Según Curaev, «no tiene nada de peligroso para los cristianos» que cada una de las comunidades eclesiásticas festeje en fechas distintas la Resurrección del Señor tras su crucifixión. El teólogo ruso recordó que ya el Concilio Vaticano II planteó como posible fecha de consenso el segundo domingo de abril.

La «Sacrosanctum Concilium», la constitución conciliar sobre la liturgia, firmada por Pablo VI en 1963, tiene un apéndice en el que se explica que en aquella asamblea ya se trató este asunto. La Iglesia católica, dice el documento, «no se opone a que la fiesta de Pascua se fije en un domingo determinado», siempre que «den su consentimiento» todos los implicados, especialmente «los hermanos separados de la comunión con la Sede Apostólica».

Curaev no fue el único que se mostró contrario a la idea de Francisco. Nikolai Balashov, vicepresidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Externas del Patriarcado de Moscú, manifestó que esta comunidad eclesiástica ortodoxa no está dispuesta a moverse un centímetro de su posición. «Si el Papa pretende aceptar la fecha de los ortodoxos, entonces su propuesta es bienvenida. En caso contrario, resulta inaceptable».

En su encuentro del 12 de junio con los sacerdotes, Francisco realmente no anunció nada nuevo. Se limitó a recordar que la Iglesia católica «desde los tiempos de Pablo VI está dispuesta a fijar una fecha y a renunciar al primer solsticio tras la luna llena de marzo». Añadió que aunque en este terreno «se ha trabajado mucho», el elemento definitivo sería la elección de una fecha común, un objetivo que no se han alcanzado y que parece aún lejano. Como sus antecesores, volvió a proponer como posible día el segundo domingo de abril.

Para ilustrar las situaciones incómodas que provoca la celebración de la Pascua en días diferentes, Francisco echó mano de una anécdota en su charla con los sacerdotes en la basílica de San Juan de Letrán que ya había contado en otras ocasiones. Relató una conversación escuchada en el centro de Roma entre cristianos de Iglesias diferentes: «¿Cuándo resucita tu Cristo? El mío la semana que viene». «Es un escándalo», reconoció el Papa. En otra ocasión, bromeó diciendo que si la Pascua sigue retrasándose, «nuestros bisnietos acabarán celebrándola en agosto».

La hasta ahora única adhesión a la propuesta de Jorge Mario Bergoglio ha llegado en el Sínodo anual que celebra la Iglesia católica grecomelquita en Líbano. En este encuentro, el Patriarca siro-ortodoxo, Mar Ignace Efrem III, manifestó que aceptaba la idea lanzada por el Pontífice hace dos semanas. Probablemente haya que esperar para saber la respuesta del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, liderado por Bartolomé, pues se espera que estudie esta propuesta en el Concilio convocado en Estambul a partir del año que viene. Se trata de un evento histórico para la comunidad ortodoxa, pues han transcurrido más de 12 siglos desde que estas Iglesias se reunieron en un Concilio por última vez.

San Juan Pablo II también manifestó su interés por acordar una fecha con el resto de comunidades eclesiales para celebrar la Pascua al mismo tiempo. En 2001 habló de esta posibilidad aprovechando que ese año, debido a coincidencias en el calendario juliano y gregoriano, ortodoxos y católicos festejaban el mismo domingo la Resurrección del Señor. El Papa polaco consideró que este hecho «debería animarnos a encontrar un consenso sobre una fecha común para esta fiesta». Dijo estas palabras durante su homilía en la misa que presidió en la basílica de San Pablo Extramuros de Roma para clausurar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.

Preguntado por la posibilidad de que se acuerde una fecha fija y común para la Pascua, el arzobispo Claudio Maria Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, comentó ayer en Bilbao que se trataba de un objetivo «hermoso», aunque «difícil» de conseguir, debido a la oposición de los cristianos ortodoxos.

Impacto en las vacaciones

Los hosteleros

Mejor para los destinos de playa, pero con fiestas perjudicadas

Si se fijara la Semana Santa el segundo o el tercer domingo de abril, se producirían cambios sustanciales. Como explica Germán Porras, secretario de la asociación empresarial Mesa del Turismo, se «beneficiarían los destinos de sol y playa», al ser unas fechas en las que, previsiblemente, puede hacer mejor tiempo. Por el contrario, y por el mismo motivo, los destinos de nieve se verían perjudicados. Además, hay fiestas muy señaladas que se verían afectadas, como la Feria de Abril de Sevilla, que se celebraría inmediatamente después de la Semana Santa. «Al haber dos jornadas de descanso muy juntas, mucha gente podría pensarse disfrutar de la última», apunta Porras. Así, desde la Mesa del Turismo, abogan por seguir el modelo alemán, «más maduro», y que «establece distintos calendarios para las distintas regiones», informa J. V. Echagüe.

Los cofrades

Una propuesta valiente que no les perjudica

Desde el mundo cofrade, la propuesta del Papa Francisco se ve con buenos ojos. «Todo lo que venga del Papa nos tiene que parecer bien. La aceptamos y la hacemos nuestra, y no sería ningún problema para nosotros», explica a LA RAZÓN el presidente de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, Eduardo Pastor. En su opinión, la del Pontífice argentino es una llamada que la Iglesia católica viene haciendo desde hace mucho tiempo, pero que va a ser muy difícil, pues las demás confesiones cristianas tienen que estar de acuerdo. En cualquier caso, le parece un gesto muy oportuno, pues «ahora que los cristianos son perseguidos sean de la confesión que sean, sería bonito que todos celebrásemos juntos la Pascua». En definitiva, es trasladar el ecumenismo de sangre del que suele hablar Francisco también a la vida ordinaria informa F. Otero