Ciudad del Vaticano

El Sínodo: «Los homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer»

Los participantes en el Sínodo de los obispos consideran que los homosexuales “tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana”, pero se interrogan sobre cómo encontrar una camino realista de acogida. Así se lee en la “Relatio post disceptationem”, documento resumen de todas las intervenciones de la pasada semana y que el relator general del Sínodo, el cardenal húngaro Peter Erdö, presentó hoy ante la asamblea extraordinaria de obispos.

En el capítulo dedicado a este asunto, los obispos se preguntan: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades?, ¿nuestras comunidades están en grado de serlo, aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?.

Ante estos interrogantes, los obispos no sacan conclusiones y se limitan a afirmar que la cuestión de la homosexualidad “requiere una reflexión seria sobre cómo elaborar caminos realistas de crecimiento afectivo y de madurez humana y evangélica integrando la dimensión sexual”.

Para los participantes en este Sínodo sobre la familia, este tema “se presenta como un importante desafío educativo”.

Los obispos afirman que han tomado en consideración durante los últimos días que “hay casos en que el apoyo mutuo, hasta el sacrificio, constituye un valioso soporte para la vida de las parejas”.

Y aseguran que “la Iglesia tiene atención especial hacia los niños que viven con parejas del mismo sexo, reiterando que en primer lugar se deben poner siempre las exigencias y derechos de los pequeños”.

No obstante, en este apartado los miembros de la Iglesia católica reiteran que para ellos “las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio entre un hombre y una mujer”.

Y concluyen que sobre este tema “no es aceptable que se quieran ejercer presiones sobre la actitud de los pastores o que organismos internacionales condicionen”.

Las nueve páginas de la “Relatio post disceptationem” servirán ahora al Sínodo de base para los trabajos de los llamados “círculos menores”, grupos divididos por idiomas para preparar el documento final que será entregado al papa Francisco a finales de semana.

El Sínodo coincide en valorar a las parejas unidas por lo civil y en convivencia

Los participantes en el Sínodo coincidieron hoy en que la Iglesia Católica tiene que tener en cuenta también los valores positivos de las parejas unidas por lo civil o en convivencia. En el documento presentado hoy se destacan la apertura a valorar los aspectos positivos que existen también en las parejas que no se han casado por la Iglesia y el acogimiento a todas las personas en situaciones “difíciles” como el divorcio.

“Una sensibilidad nueva de la pastoral actual consiste en acoger la realidad positiva de los matrimonios civiles y, reconociendo las debidas diferencias entre las convivencias. Es necesario que (...) indiquemos también elementos constructivos en aquellas situaciones”, se lee en la relación.

Durante el debate los obispos han destacado el aumento de los casos de parejas que no se casan por la Iglesia, pero también el número creciente de aquellos que, después de haber vivido juntos desde hace mucho tiempo, solicitan la celebración del matrimonio en la Iglesia.

Para los obispos, la convivencia “es a menudo elegida a causa de la mentalidad general, contraria a las instituciones y a los compromisos definitivos”, pero también por la falta seguridad económica, ya que además en muchos países las parejas consideran que “casarse es un lujo, de modo que les empuja a vivir en uniones”.

Los obispos animan a las diócesis a acoger “los valores familiares auténticos o al menos el deseo de ellos” que existen en estas uniones, pero señalan que es necesario.

No obstante, los obispos instan a abordar estas situaciones “de manera constructiva” y a intentar “transformarlas” hacia “un matrimonio y una familia a la luz del Evangelio” con la ayuda del “testimonio atractivo de auténticas familias cristianas”.