Iglesia Católica
Francisco: «Perdonadme si soy un poco feminista»
"Perdonadme si soy un poco feminista", bromeó hoy el Papa Francisco al saludar a un grupo de jóvenes consagrados, para elogiar especialmente el trabajo de las mujeres. "Tengo que agradecer el testimonio de las mujeres consagradas. Aunque no a todas, porque algunas son un poco histéricas", volvió a bromear el pontífice al recibir a 5.000 jóvenes consagrados en el Aula Pablo VI del Vaticano, informa Efe.
De las mujeres elogió "que tienen siempre ganas de estar en primera línea debido a que "son madres"y sienten "esa maternidad de la Iglesia que las hace ser siempre cercanas".
Francisco, que en varias ocasiones ha animado a una mayor presencia de las mujeres en la Iglesia y valorado su trabajo en la familia, ayer también criticó los "muchos lugares comunes, a veces incluso ofensivos, sobre la mujer tentadora que inspira el mal".
Aseguró entonces que "hay espacio para una teología de la mujer que esté a la altura de esta bendición de Dios".
El Papa escuchó algunas preguntas de los presentes y después en un discurso improvisado les aseguró que "uno de los pecados"más frecuentes en la vida comunitaria es la incapacidad de perdonar.
Jorge Bergoglio afirmó que un chisme en una comunidad "es como una bomba en la fama del otro, pues le destruye y no puede defenderse".
"El religioso que ha consagrado su vida a Dios se convierte en un terrorista que tira una bomba y destruye su comunidad", agregó metafóricamente.
En su discurso, Francisco también advirtió de que "evangelizar no es lo mismo que hacer proselitismo", pues la Iglesia católica "no es una asociación de fútbol que busca socios, pues evangelizar no es sólo convencer sino testimoniar que Jesús está vivo".
Por otr parte, el Papa ha acusado a la comunidad internacional de no ser capaz de encontrar respuestas ante el "océano de dolor"de la crisis de refugiados y ha pedido una solución pacífica porque "la violencia crea solo nuevas heridas". "Están frente a los ojos del mundo entero y nadie puede fingir no saber", ha exclamado.
Durante un encuentro con los participantes del Convenio sobre la crisis humanitaria siria e iraquí organizado por el Pontificio Consejo 'Cor Unum', Francisco ha denunciado que "el mal destruye los edificios y las infraestructuras"en Siria e Irak, pero ha precisado que sobre todo están exterminando "la conciencia del hombre".
En este sentido, ha recalcado que "Líbano, Jordania y Turquía llevan el peso de millones de refugiados, que han acogido generosamente"y ha recordado que esta dramática situación sucede mientras algunos se lucran vendiendo "armas manchadas con sangre, sangre inocente", informa Ep.
Por ello, ha llamado a los católicos a reforzar los "lazos de comunión que les unen a las otras comunidades cristianas, buscando también la colaboración con las instituciones humanitarias internacionales y con todos los hombres de buena voluntad".
Paralelamente, el Papa ha instado al primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, cuyo país ostenta presidencia de turno de la Unión Europea, a "suministrar una asistencia adecuada a los a los refugiados".
Según ha informado el Vaticano en una nota de prensa, durante las conversaciones, "se han abordado algunas cuestiones de carácter europeo e internacional, en particular, los conflictos en curso, las migraciones y la necesidad de suministrar una asistencia adecuada a los prófugos y a los refugiados, y la situación de las minorías religiosas perseguidas".
Además, se ha reiterado la voluntad de consolidar las buenas relaciones entre la Santa Sede y el Gran Ducado de Luxemburgo y de hacer frente a temas de interés común, "prestando especial atención a las relaciones entre la Iglesia y el Estado y destacando la importancia de la libertad religiosa y de los valores espirituales en la cohesión de la sociedad".
El Pontífice ha pedido a los participantes del Convenio que pongan especial atención en las "necesidades materiales y espirituales de los más débiles e indefensos"y ha reflexionado la convivencia interreligiosa.
"Durante años las comunidades cristianas y las musulmanas han convivido en estas tierras, en la base del respeto recíproco", ha comentado tras detallar las graves consecuencias que sufren las comunidades cristianas en Siria y en Irak.
En este sentido, el Papa ha añadido que "la legitimidad misma de la presencia de los cristianos y de las otras minorías religiosas es negada en nombre de un fundamentalismo violento que reivindica un origen religioso".
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