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Los jóvenes reclaman una Iglesia más inclusiva y abierta

La Razón
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Para la preparación del Sínodo se consultó también a los jóvenes, los verdaderos protagonistas del debate. En un primer momento, el Vaticano consultó a las conferencias episcopales acerca de las principales preocupaciones de éstos y puso a disposición un cuestionario online, que fue respondido por más de 200.000 jóvenes. Además, en marzo de este año se celebró en Roma una reunión pre-sinodal a la que acudieron 300 jóvenes en persona y otros 15.000 a través de Face-book. Así, se redactó un documento con las conclusiones del pre-Sínodo, que fueron incluidas en el Instrumentum Laboris. En él, los jóvenes reclamaron «una Iglesia acogedora y misericordiosa, que aprecie sus raíces y patrimonio, y que ame a todos, incluso a aquellos que no siguen los estándares». Es decir, piden una Iglesia inclusiva, con unas preocupaciones similares a las que afrontará el propio Sínodo. «Los jóvenes están profundamente involucrados e interesados por temas como la sexualidad, las adicciones, los matrimonios fracasados o las familias rotas», recoge el texto. «Muchos quisieran que la Iglesia cambie su enseñanza o, al menos, desearían tener acceso a una mejor explicación en cuestiones como la contracepción, el aborto o la homosexualidad».

Además, los jóvenes mantuvieron que «la Iglesia debe condenar acciones como los abusos sexuales y los malos manejos de poder y dinero». Compartieron otros temas como la forma de la Iglesia de aproximarse a Internet, su preocupación por el «ciberbullying», las relaciones humanas en época de redes sociales o cómo acoger a los migrantes. En el texto elaborado por los jóvenes se pide que «la Iglesia no solamente aclare el rol de la mujer, sino que a su vez ayudara a explorarlo y entenderlo con mayor claridad», algo que no fue incorporado en el documento preparatorio del Sínodo.