Santoral

¿Qué santo se celebra hoy, 16 de diciembre? Todo lo que debes saber del santoral de hoy

El santoral es una forma de aprender más sobre la historia de la Iglesia y el cristianismo

Imagen de Santa Adela, venerada en el día de hoy
Imagen de Santa Adela, venerada en el día de hoyLa Razón

El santoral católico es una lista de los nombres de santos y beatos que la Iglesia Católica recuerda oficialmente en fechas específicas cada año. Cada día del calendario litúrgico se asocia con uno o más de estos personajes, recordados en las misas y en las oraciones de los creyentes. Esta tradición comenzó en los primeros siglos del cristianismo, cuando se comenzó a honrar a los mártires y a otros por su vida ejemplar y testimonio de fe.

Estas celebraciones son más que un simple recordatorio. Son oportunidades para reflexionar y conectar con los principios y valores que estos personajes representan. Nos muestran cómo mantener la lealtad a nuestros principios, incluso en tiempos difíciles, y demuestran que siempre podemos encontrar la fuerza para mantenernos fieles a nuestras creencias.

El santoral es también una forma de aprender más sobre la historia de la Iglesia y el cristianismo, y de encontrar inspiración en las vidas y enseñanzas de los santos. Al conectar con estas figuras históricas, los creyentes pueden encontrar guía y fortaleza para sus propias vidas, mientras honran el legado de estos individuos extraordinarios.

El santoral del sábado 16 de diciembre conmemora a varios santos y beatas que han dejado su huella en la historia del cristianismo. Entre ellos se encuentran San Adón, San Ageo, San Azarías mártir, San Beano, San Everardo, San Macario de Collesano, las Santas Vírgenes mártires de África, Beato Clemente Marchisio, Beato Felipe Siphnog Onphitak, Beato Honorato de Biala Podlaska Kazminsky, Beata María de los Ángeles (Mariana) Fontanella y Beato Sebastián de Madiis. Desde el periódico LA RAZÓN destacamos a Santa Adela

¿Quién fue Santa Adela?

Santa Adela era hija del rey Rodolfo de Borgoña y se cree que vino al mundo en lo que hoy conocemos como territorio italiano. En su temprana juventud, contrajo matrimonio con el rey Lotario, un enlace que probablemente fue organizado por sus tíos tras quedar huérfana a la temprana edad de seis años. No obstante, su matrimonio tuvo una duración efímera debido a que Lotario falleció de manera prematura, dejando viuda a Adela, a la edad de 19 años, y siendo madre de una pequeña.

La vida de Adela se complicó aún más cuando se negó a contraer matrimonio con el hijo del rey Berengario. Como consecuencia de su rechazo, fue encarcelada y despojada de todas sus pertenencias. Sin embargo, a pesar de las hostiles condiciones en las que se encontraba, Adela se mantuvo firme en su fe, dedicándose a la oración y a la contemplación espiritual.

Gracias a unos planos del castillo que le proporcionó el capellán de su iglesia, Adela logró escapar de su encierro. Su liberación definitiva llegó tras un enfrentamiento bélico entre los ejércitos del rey Berengario y Otón I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Después de este conflicto, Adela contrajo matrimonio con Otón y se trasladó a Roma, donde fue nombrada emperatriz.

Durante el reinado de Otón, Adela se dedicó a ayudar a los más necesitados y promovió la construcción de iglesias como parte de su labor eclesiástica. Sin embargo, la tranquilidad no fue perdurable para Adela. Fue expulsada del palacio cuando el hijo de Otón ascendió al trono. Pero, debido a varios contratiempos durante su reinado, Adela asumió el mando como regente hasta que su nieto alcanzó la mayoría de edad. Fue durante este período que Adela pudo dedicarse a fundar varios monasterios y a evangelizar a las poblaciones bajo su gobernación. Al culminar su vida, decidió retirarse a un monasterio, donde pasó sus últimos días en serenidad y paz.