¿Qué santo se celebra hoy, 16 de enero? Todo lo que debes saber del santoral de hoy

El santoral católico es una colección que recopila los nombres de los santos y beatos que la Iglesia Católica celebra oficialmente en días específicos a lo largo del año. Cada día del calendario litúrgico está asociado con uno o más de estos individuos sagrados, quienes son recordados durante las misas y en las oraciones de los fieles. Esta tradición, que data de los primeros siglos del cristianismo, honra a aquellos que se destacaron como ejemplos a seguir debido a su forma de vida y testimonio de fe.

Estas celebraciones no son meros recordatorios. Son momentos de reflexión y conexión con los principios y valores que estos personajes representan. Los santos y beatos, a través de sus vidas y acciones, nos enseñan cómo mantenernos fieles a nuestros principios, incluso en tiempos difíciles. Nos demuestran que siempre podemos encontrar la fortaleza para permanecer fieles a nuestras creencias.

Además, el santoral es un recurso valioso para profundizar en la historia de la Iglesia y el cristianismo, y para encontrar inspiración en la vida y las enseñanzas de los santos. Al conectar con estas figuras históricas, los fieles pueden obtener orientación y fortaleza para sus propias vidas, mientras honran el legado de estos individuos ejemplares.

En el santoral de hoy, 16 de enero, se conmemora a varios santos y santas que han dejado una huella en la historia de la cristiandad. Entre ellos San Acursio, San Adyuto, San Berardo, San Danacto, San Furseo, San Honorato, San Jacobo obispo de Tarantasia, Santa Juana, San Leobato, San Melas, San Otón, San Pedro, San Tiziano, San Triverio, Beato José Antonio Tovini, Beato José Vaz y Beata Juana María Condesa Lluch. Desde el periódico LA RAZÓN destacamos a San Marcelo I.

¿Quién fue San Marcelo I?

Durante la violenta persecución de los cristianos por el emperador romano Diocleciano, Marcelo se destacó por su caridad y su celo apostólico. Durante su papado, Marcelo se esforzó por restaurar la organización de la Iglesia, que había sufrido enormemente bajo la persecución. Construyó nuevos templos, consagró a obispos y sacerdotes, y estableció un nuevo cementerio en la Vía Salaria con la ayuda de Santa Priscila.

Marcelo también tuvo que lidiar con los llamados "lapsi", aquellos que habían abandonado la Iglesia durante la persecución. Marcelo tomó la decisión de abrir las puertas de la reconciliación a todos, pero con la condición de que realizaran la debida penitencia. Sin embargo, algunos consideraron que Marcelo era demasiado riguroso, lo que provocó disturbios en Roma.

El sucesor de Diocleciano, Majencio, aprovechó estos disturbios para actuar contra Marcelo, quien fue azotado y condenado a cuidar bestias en las caballerizas romanas. Marcelo murió en silencioso martirio en enero del año 309. Sus restos descansan en la Iglesia de San Marcelo al Corso en Roma.