¿Qué santo se celebra hoy, sábado 13 de mayo? Todo lo que debes saber del santoral de hoy

El santoral cristiano es el listado de santos y beatos que son honrados por los fieles en una fecha concreta. Estas efemérides se mantienen y se celebran, para que los católicos de todo el mundo mantengan el recuerdo de su sacrificio y para que su vida de rectitud sirva como referencia y guía moral para todos ellos. Dada la extensísima historia de la Iglesia Católica, es normal que haya más de una onomástica el mismo día.

Este jueves, 12 de mayo, celebramos la onomástica de: San Andrés Huberto Fournet, Santa Gliceria de Trajanópolis, Santa Inés de Poitiers, San Juan Silenciero, San Servacio de Tongres, Santa Gemma de Sulmona y Beata Magdalena Albrici. Desde el periódico La Razón destacamos la onomástica de San Pedro de Regalado.

¿Quién fue San Pedro de Regalado?

Cada 13 de mayo los vallisoletanos se echan a la calle para honrar a su patrón, San Pedro Regalado, quien fue uno de los religiosos más afamados de su época. Nacido allá por el año 1390 en la que actualmente se ubica la calle Platerías, y bautizado en la iglesia de El Salvador, y creció en un ambiente de judíos conversos al cristianismo. A la edad de 13 años quedaba huérfano y a tan temprana edad ingresaba en el convento de San Francisco y nueve años más tarde sería ordenado sacerdote.

A lo largo de su existencia llevó una vida austera, dedicada al silencio y a la oración y a recuperar la rigurosa regla de los franciscanos, predicando la vida monástica con su ejemplo, y siempre al lado de los más necesitados. Se le atribuyen bastantes milagros, como el hecho de estar a la vez en dos lugares diferentes, convertir carne y pan en flores o la aparición de la Virgen ante su presencia.

El más conocido de sus milagros sucedió cuando fue sorprendido por un toro bravo huido de una corrida. Cuando el animal parecía que lo iba a embestir, este postró ante él y por este episodio era nombrado en el año 1951 como el patrón de los toreros.

En el año 1456 fallecía en La Aguilera y hasta la propia Isabel la Católica visitaba su tumba años después. Su reputación fue creciendo con los años, llegando a ser canonizado por el Papa Benedicto XIV en 1746, declarado patrón de Valladolid ese mismo año.