Santoral

¿Qué santo se celebra hoy, viernes 12 de mayo? Todo lo que debes saber del santoral de hoy

La onomástica se refiere a la celebración del santo del día en el calendario litúrgico que lleva el mismo nombre de la persona

Los Santos Nereo y Aquiles fueron dos soldados romanos convertidos al cristianismo y martirizados por ello
Los Santos Nereo y Aquiles fueron dos soldados romanos convertidos al cristianismo y martirizados por elloDominio Público

Los católicos celebran la onomástica de varios santos y beatos cada uno de los días del año. Con ello conmemoran a aquellos cristianos ilustres que les precedieron y que -en muchas ocasiones-sufrieron tormentos indecibles por defender su fe. Este viernes, 12 de mayo, celebramos la onomástica de: Santo Domingo de la Calzada, San Pancracio de Roma, San Aquileo, San Cirilo de Mesia, Santa Domitila de Roma, San Epifanio de Salamina, San Felipe de Agira, San Germán de Constantinopla, San Modoaldo de Tréveris, San Nereo, Santa Rictrudis de Marchiennes, Beato Álvaro del Portillo, Beata Imelda Lambertini y Beata Juana de Portugal. Desde LA RAZÓN destacamos la onomástica de los santos Nereo y Aquileo:

¿Por qué se celebra la onomástica de Nereo y Aquileo?

La historia de la conversión y el sacrificio de San Nereo y San Aquileo pasaron a la historia por la pluma del Papa San Dámaso, que escribió un epígrafe en su honor allá por el siglo IV. Y más allá de esta sucinta narración, es muy poco lo que conocemos de ellos. Sí que sabemos que Nereo y Aquileo eran dos de los soldados pretorianos que servían de escolta al emperador Diocleciano, quien ordenó la puesta en marcha la “Gran persecución”, la última y quizás la más sangrienta de las persecuciones a cristianos en el Imperio Romano.

Pintura que representa el bautizo de Santos Nereo y Aquiles
Pintura que representa el bautizo de Santos Nereo y AquilesDominio Público

Tampoco sabemos mucho acerca de lo que provocó que fueran sentenciados a muerte, aunque podemos suponer que tiene que ver con su conversión y bautismo, así como su deserción y su negativa a obedecer órdenes de muerte contra cristianos. De lo que sí existe cierta certeza es de que murieron decapitados alrededor del año 304, por órdenes del emperador Diocleciano, el mismo al que habían servido y protegido durante años.

El sacrificio de los soldados fue honrado por aquellos primeros cristianos que les declararon santos muy poco tiempo después de su muerte. Sus restos descansarían en las catacumbas de Domitila, un cementerio cristiano subterráneo que se escavó cerca de la Vía Apia. Su onomástica coincide con el día del traslado de sus reliquias.