Santoral
¿Qué santo se celebra hoy, sábado 19 de octubre? Todo lo que debes saber del santoral de hoy
Hoy se conmemora la figura de San Pablo de la Cruz, que dejó un legado duradero de devoción y espiritualidad en la Iglesia
El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.
Qué santos se celebran hoy, sábado 19 de octubre
- San Juan de Brébeuf y compañeros mártires – Misioneros jesuitas en Canadá, conocidos como los mártires de América del Norte, que murieron en el siglo XVII por su fe cristiana mientras evangelizaban a los pueblos indígenas.
- San Pedro de Alcántara – Un reformador de la orden franciscana en el siglo XVI, conocido por su gran austeridad y vida de oración.
San Pablo de la Cruz: Vida y pontificado
San Pablo de la Cruz, cuyo nombre de nacimiento fue Paolo Francesco Danei, nació en Ovada, Piamonte, Italia, en una familia devota. Desde una edad temprana, mostró un gran fervor religioso y una inclinación hacia la oración y la penitencia. A los 19 años tuvo una experiencia espiritual que lo llevó a la vida de eremita, centrando su vida en la meditación de la pasión de Cristo.
En 1720, San Pablo de la Cruz tuvo una visión en la que se le pidió que fundara una nueva orden religiosa dedicada a la predicación de la Pasión de Jesús. Después de un período de intenso discernimiento y oración, redactó la regla de la nueva congregación, que fue aprobada inicialmente en 1725 por el papa Benedicto XIII. La congregación se conoció como los "Pasionistas" y se dedicaba a predicar misiones populares y llevar una vida de austeridad y recogimiento.
La devoción de San Pablo a la Pasión de Cristo lo llevó a ser un predicador apasionado y efectivo. Pasaba largas horas en oración y penitencia, buscando unir su sufrimiento al de Cristo. Bajo su liderazgo, la Congregación de los Pasionistas creció en número y espiritualidad, dedicándose a ayudar a las almas a encontrar la misericordia de Dios a través de la reflexión en la Pasión de Jesucristo.
Canonización y legado
San Pablo de la Cruz fue canonizado por el Papa Pío IX el 29 de junio de 1867, menos de un siglo después de su muerte. Su vida de profunda oración, dedicación a los pobres y los enfermos, y su intensa devoción a la Pasión de Cristo lo hicieron merecedor de este reconocimiento en la Iglesia.
El legado de San Pablo de la Cruz es especialmente palpable en la expansión de la Congregación Pasionista, que sigue activa en todo el mundo, predicando retiros espirituales y misiones populares, y promoviendo la reflexión sobre la Pasión de Cristo como fuente de redención. Además, sus escritos místicos y cartas espirituales continúan siendo una fuente de inspiración para aquellos que buscan profundizar en su vida espiritual y su unión con Cristo.
La espiritualidad de los Pasionistas, inspirada por San Pablo de la Cruz, sigue influyendo en la vida de los cristianos a través de su énfasis en el sacrificio de Cristo como acto supremo de amor y la importancia de la conversión personal.
Exilio y muerte
A pesar de su vida santa y su fervor religioso, San Pablo de la Cruz enfrentó varias dificultades, incluyendo episodios de oposición dentro de la misma Iglesia. Su obra, en algunos momentos, fue recibida con sospechas por algunos líderes eclesiásticos, quienes consideraban que su estilo de vida austero y su énfasis en la Pasión de Cristo eran excesivos.
En 1773, fue exiliado temporalmente de su comunidad debido a problemas políticos y eclesiásticos de la época. Sin embargo, San Pablo permaneció fiel a su misión y continuó sirviendo a la Iglesia desde la distancia. A lo largo de su vida, San Pablo sufrió mucho, tanto física como espiritualmente, pero siempre ofreció su sufrimiento en unión con el de Cristo.
Finalmente, San Pablo de la Cruz murió el 18 de octubre de 1775 en Roma, rodeado de sus hermanos de la congregación, a los 81 años. Fue sepultado en la Basílica de los Santos Juan y Pablo, el principal santuario de la Congregación Pasionista, en Roma.
San Pablo de la Cruz dejó un legado duradero de devoción y espiritualidad en la Iglesia. Su enfoque en la meditación de la Pasión de Cristo sigue siendo una fuente de inspiración para muchos cristianos en su búsqueda de una vida más profunda y comprometida con el evangelio.
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