
Restringido
Si no es un dogma, ¿es una tradición?

- ¿Cómo valora las palabras del Santo Padre sobre el celibato en el sacerdocio?
–En muy poquitas palabras, ha resumido el pensar de la Iglesia. No hay ninguna novedad que llame la atención en sus palabras. Yo lo hubiera planteado igual. Por ejemplo, si alguien quiere replantear si Jesús es o no hijo de Dios, es un asunto cerrado. Sin embargo, hablar de «puerta abierta» como plantea el Papa se acerca a la realidad. No podemos convertir en dogma algo que no lo es. A partir de ahí ya vienen las interpretaciones personales o interesadas de lo que está queriendo o no decir el Papa con ello.
- Si no es un dogma, ¿es una tradición?
–Es un valor que tiene la Iglesia a lo largo de la historia y que confirma a través del Concilio Vaticano II. Es una señal de que se encuentra en lo que podríamos llamar la más alta doctrina de la Iglesia católica, en la que se reconoce su importancia dentro de la espiritualidad. De esta manera el celibato se establece como un mandato, cada sacerdote no decide si se casa o no. Con sus palabras de hoy, el Papa lo ha vuelto a poner en valor y no significa que vaya a cambiar pasado mañana aunque la Iglesia tenga autoridad para cambiar esta norma. Incluso los ortodoxos, que permiten los sacerdotes casados, no ordenan obispos si no son célibes, mostrando así al celibato un especial aprecio.
- ¿La fórmula de los sacerdotes casados podría acabar con el déficit vocacional?
–Es inevitable pensar que si se pone más fácil el listón, será más sencillo que alguien quiera ser sacerdote. No creo que sea una buena opción rebajar la calidad por tener un mayor número. Más vale un sacerdote que viva en plenitud su vocación, que cien que intenten hacerlo a medias, pero no sólo respecto a la cuestión del celibato, sino a cualquier otro de los valores evangélicos que se plantean para cualquier cristiano.
*Profesor agregado de Teología Histórica de la Universidad de Navarra
✕
Accede a tu cuenta para comentar