Covid-19

«Las cirugías urgentes no deben demorarse en pacientes Covid-19»

Entrevista al Dr. Héctor Guadalajara, jefe del Servicio de Cirugía General y Digestiva de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid

Dr. Héctor Guadalajara, jefe del Servicio de Cirugía General y Digestiva de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid
Dr. Héctor Guadalajara, jefe del Servicio de Cirugía General y Digestiva de la Fundación Jiménez Díaz de MadridCristina BejaranoLa Razón

-Según el estudio Piaco que han liderado y que acaba de publicarse en «British Journal of Surgery» («BJS»), es importante no aplazar cirugías para abordar procesos inflamatorios abdominales agudos por la Covid-19. ¿Por qué?

Mi respuesta a esta pregunta es controvertida y ha provocado una intensa discusión en redes sociales. Los protocolos para el tratamiento de estos procesos están basados en una evidencia científica muy sólida, de muchos años de práctica clínica. En el contexto de la pandemia por Covid-19 debemos reflexionar sobre si el cambio en los protocolos de actuación está basado en evidencia científica de la misma calidad. Con este trabajo no pretendo establecer una recomendación firme, sino reflexionar sobre por qué hemos cambiado nuestra forma de actuar. Una cosa es cierta, no existe evidencia científica sólida que nos diga que debemos dejar de operar. La pandemia tiene un curso variable, así como las medidas a adoptar para evitar su propagación. Sin embargo, debemos ser capaces de evitar que el miedo nos lleve hacia el inmovilismo, el miedo se combate con ciencia.

-Su estudio sostiene que es mejor someterse a una cirugía por inflamación abdominal aunque el paciente tenga Covid-19, lo que diverge con algunas recomendaciones actuales que inciden en que es mejor demorar los tratamientos quirúrgicos, y con las publicaciones que concluyen que estos pacientes tienen una mortalidad del 20%.

Estos datos son cuestionables debido a que recogen sólo los casos más graves en los que la última alternativa de tratamiento fue la cirugía. Independientemente de la infección por Covid-19, este es el grupo de pacientes con mayor mortalidad. Según las conclusiones de nuestro trabajo, no existe evidencia de que evitar la cirugía mejore el pronóstico de los pacientes con patología inflamatoria de cualquier gravedad. Y son cada vez más los cirujanos que manifiestan su desacuerdo con la tendencia a evitar el tratamiento quirúrgico en estos pacientes.

3 En su estudio han comprobado que el virus no afecta negativamente a la morbimortalidad de pacientes operados. ¿En qué porcentaje?

Así es. De entre las variables que pueden afectar a la evolución de los pacientes, la gravedad del proceso y la fragilidad mostraron el mayor impacto sobre el número de complicaciones. Estas eran 1,2 veces más frecuentes en pacientes frágiles y 5,1 en pacientes graves. Sin embargo, el incremento de la morbilidad detectada entre pacientes infectados por el SARS-CoV-2 respecto a los no infectados no alcanzaba la significación estadística. Algunos autores afirman que tratar quirúrgicamente el proceso inflamatorio agudo en pacientes con neumonía causada por una infección por el virus SARS-CoV-2 puede incluso ayudar a disminuir la inflamación pulmonar.

-Además de en procesos inflamatorios abdominales, ¿en qué otros casos sería recomendable no posponer las cirugías incluso si el paciente tiene Covid-19?

En mi opinión, las cirugías de procesos urgentes no deben demorarse con motivo de una infección por el SARS-CoV-2.

-¿Se ha pronunciado la OMS respecto a vuestro estudio o ha modificado la recomendación para que no se demoren las operaciones en pacientes Covid-19?

El editor de «BJS», el prof. Des Winter, nos solicitó autorización para dar a conocer a la OMS los resultados del trabajo. Sin embargo, hasta la fecha, esta organización no ha contactado con nosotros.

-Ante los rebrotes que se están produciendo, ¿los pacientes les están pidiendo posponer cirugías en los casos leves?

Durante la primera ola fue evidente la disminución del uso de los recursos sanitarios. En el tema que nos ocupa, el porcentaje de pacientes con procesos inflamatorios quirúrgicos agudos que tardan más de siete días en consultar fue del 15,2%. El análisis no se ha repetido durante las últimas semanas; pero nuestra impresión es que la solicitud de atención médica se ha normalizado. Sin embargo, la consulta por procesos quirúrgicos no urgentes o menos graves ha disminuido. Y sólo en casos puntuales hemos recibido solicitudes de demora del tratamiento en pacientes con procesos oncológicos.

-¿Cuáles pueden ser las consecuencias en caso de retraso?

En la serie incluida en el estudio Piaco la demora en la consulta no provocó un aumento en el número de casos graves que tratamos. Por lo tanto, el descenso en el total de casos tratados parece ser a expensas de los leves. Sin embargo, es reconocido por todos el impacto negativo que la demora en el diagnóstico y tratamiento tiene en la salud. Esto es especialmente relevante en los procesos oncológicos. En «The Lancet» se publica literalmente: «Es esperable un incremento significativo de fallecimientos evitables por cáncer debido a la pandemia en el Reino Unido».

-¿Cuentan con datos a nivel nacional de cuántas cirugías se han pospuesto?

Cuantificar este daño no es posible, pero se han realizado estimaciones que hablan de la cancelación de 28 millones de intervenciones quirúrgicas a nivel mundial.

-¿En qué tipo de cirugías cree que sí se puede asumir cierta demora ante situaciones como la actual?

En procesos no urgentes en pacientes asintomáticos infectados indicaría una demora en el tratamiento de 15 días, tiempo medio para la negativización del test de detección del virus. El motivo estaría no sólo relacionado con el estado del paciente, sino con las medidas comunitarias para contener la propagación de la infección.

-¿En cuánto tiempo estima que las lista de espera recuperen los niveles pre-Covid?

Hoy, las cifras oficiales de la Consejería de Sanidad de Madrid muestran que el número de pacientes en listas de espera no han aumentado. En julio de 2019 había 70.965 y en julio de 2020, 69.717. Interpreto que este descenso se debe al menor uso de recursos sanitarios durante la pandemia por pacientes con patologías leves.