Salud

La depresión aumenta el riesgo de mortalidad cardiovascular

El 33,3% de los pacientes con depresión presentó un evento o más durante el seguimiento de su enfermedad cardiovascular, según un estudio español

Existen variantes genéticas comunes a ambos trastornos que confieren un mayor riesgo para desarrollar estas enfermedades en aquellas personas que las portan
Existen variantes genéticas comunes a ambos trastornos que confieren un mayor riesgo para desarrollar estas enfermedades en aquellas personas que las portanCristina BejaranoLa Razón

La depresión y la salud cardiovascular están íntimamente ligados. Así se desprende de un estudio llevado a cabo por el Hospital Universitario Severo Ochoa (Leganés, Madrid), y presentado en el e-Congreso SEC 2020 de la Salud Cardiovascular, que ha corroborado que la existencia de depresión puede predecir, tras un ingreso cardiológico, la recurrencia de eventos cardiovasculares, es decir, de reingresos no programados por insuficiencia cardiaca, síndrome coronario agudo o muerte.

Para el análisis, se realizó un seguimiento de 506 días a 69 pacientes con depresión ingresados en planta de cardiología. En este sentido, se realizaron los cuestionarios HAD (valoración de depresión y ansiedad), Charlson (comorbilidades), Barthel (dependencia) y SF12 (cuestionario sobre calidad de vida relacionada con la salud) y se recogieron los factores psicosociales (convivencia, ingresos económicos, contactos sociales, equipamiento, educación). De acuerdo a los test realizados sufrían depresión el 18,8% de los pacientes ingresados.

El 33,3% de los pacientes presentaron un evento o más durante el seguimiento, ocurriendo de forma temprana (mediana de 139 días). Los principales factores determinantes de la recurrencia de eventos cardiovasculares fueron el índice de comorbilidad de Charlson, la depresión evaluada por test HAD y la percepción de salud mental valorada por SF12. “Dichos ítems son fácilmente detectables mediante tests autoadministrados al ingreso”, apunta la Dra. Julia María Díaz Ortiz, primera firmante del estudio.

“Es importante que los pacientes tengan conciencia de enfermedad, pues de esta manera es más factible que se impliquen y cumplan con las indicaciones de estilo de vida y tratamiento farmacológico. No obstante, debemos animarlos a no encasillarse y que, dentro de las limitaciones particulares de cada paciente, mantengan actividades que les hagan sentir bien. Muchas veces la incertidumbre y la falta de información dan paso a los pensamientos negativos. Es recomendable que estos pacientes busquen motivaciones personales y sepan que tener una enfermedad cardiovascular no les convierte automáticamente en personas dependientes sin capacidades ni posibilidad de realizar actividades que antes realizaban”, matiza la experta. “Y nosotros, como médicos, no debemos abandonar la esfera psicosocial, pues como vemos, también es determinante en el futuro de nuestros pacientes”,concluye Díaz Ortiz.