Elecciones OMC
El golpe de timón de Tomás Cobo al frente de los Colegios Médicos
La pasividad durante la pandemia ha pasado factura a Romero en los comicios, propiciando el ascenso a la presidencia de Cobo
La victoria de Tomás Cobo en las elecciones a la presidencia del Consejo General de Colegios de Médicos constituye una mala noticia para el Ministerio de Sanidad. El anterior presidente, Serafín Romero, era todo un caballero y como tal nunca tuvo una palabra más alta que otra con nadie, cualidad valiosa en épocas normales pero poco útil en tiempos de pandemia, con miles de contagios y decenas de fallecidos en la profesión médica por culpa en parte de la imprevisión del Gobierno. De esta tibieza se beneficiaron Salvador Illa y su equipo, a los que el Consejo rozó sólo por el flanco débil de Fernando Simón, pero poco más. Ni querella ante el Supremo, ni personación en las demandas, ni nada de nada, algo que sí hicieron, en cambio, en defensa de sus representados la CESM de Tomás Toranzo, el Consejo de Enfermería y CSIF.
La pasividad de aquellos días ha pasado factura a Romero en los comicios, propiciando el ascenso a la presidencia de Cobo. Los que le conocen bien dicen de él que no es un kamikaze, pero que sí tiene más «punch» que su antecesor. Aseguran también que es profundamente honrado y que no se arredra ni ante aseguradoras, ni ante corredurías, ni ante conocidos prebostes del PSOE que han campado a sus anchas por la corporación, influyendo en las decisiones.
En su primera semana al frente del Consejo ya ha lanzado tres andanadas: por un lado, se ha posicionado en contra de las manifestaciones del 8-M que tanto contribuyeron a propagar la infección el pasado año. Por otro, ha rechazado el registro de médicos que pretende crear la ley de eutanasia que está a punto de aprobar el Senado. El tercer aviso es pedir cambios en la estrategia de vacunación, muy fallida hasta ahora.
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