VIH

VIH: el reto es conseguir un envejecimiento saludable

Un tercio de las personas con la enfermedad fueron diagnosticadas en los 90 y necesitan un abordaje integral

Se llama supervivientes de larga evolución a los primeros pacientes de VIH
Se llama supervivientes de larga evolución a los primeros pacientes de VIHDreamstimeDreamstime

Se calcula que un tercio de las personas que viven con VIH y que acude a las consultas se diagnosticó antes de la aparición de tratamientos menos tóxicos y eficaces contra el virus. Además, han tenido que adaptarse a grandes cambios, especialmente a la mejoría de su perspectiva vital y enfrentarse al estigma y la discriminación. Este fue uno de los temas tratados en el nuevo Webinar del ciclo «VIH ES 2.0: Ir más allá de la indetectabilidad», un programa de formación on-line impulsado por Seisida y Gilead que se inició en 2020 y se desarrolla a lo largo de 2021, y que quiere dar respuesta a los retos que aún persisten en el manejo de esta infección.

Así, se centró en las personas que fueron diagnosticadas de VIH en los primeros momentos de la epidemia, llamados supervivientes de larga evolución, y que han tenido que hacer frente a múltiples retos para lograr una buena calidad de vida. Aunque en las últimas dos décadas se han producido grandes e importantes innovaciones en relación con el tratamiento y el abordaje de estos pacientes, considerándose como una enfermedad crónica, los especialistas destacan que, en los pacientes con muchos años de diagnóstico, el número de comorbilidades y polimedicación ha aumentado, al igual que el estigma y la discriminación. Es fundamental tener en cuenta estos aspectos en su manejo para conseguir, con la colaboración de todos los agentes implicados, una atención integral. Asimismo, el uso de tratamientos antirretrovirales robustos y con buen perfil de tolerabilidad ayudan a evitar la acumulación de comorbilidades y lograr una buena calidad de vida a largo plazo.

54 años de media

Un estudio publicado recientemente en la “Revista Multidisciplinar de Sida” (RMdS), que revisó los datos de las personas diagnosticadas antes del 1 de enero de 1997 y que acudieron a consultas en la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico de Valencia, al menos en una ocasión a lo largo de 2017 y 2018, mostraba que constituyen casi la tercera parte de los pacientes en seguimiento (33,5%).

Además, estas personas que conviven con la infección tenían una edad media de 54 años, un 70% eran hombres y estaban en tratamiento durante una mediana de 25 años. «Los supervivientes de larga evolución diagnosticados antes del 97 constituyen una parte importante de las consultas de VIH, han tenido que adaptarse a grandes cambios en sus vidas y en sus perspectivas vitales a lo largo del tiempo, todo ello marcado por los avances científicos relacionados con el diagnóstico y el tratamiento del VIH», señaló Mª José Galindo, presidenta de Seisida.

Para José Ramón Blanco, director científico del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (Cibir), el número de personas infectadas por VIH (PIVIH) está aumentando por dos motivos: «Viven más, y cada vez más son diagnosticadas con una edad mayor de 50 años. El primer caso sería la consecuencia de la mayor eficacia del TAR; el segundo de la menor percepción del riesgo de adquirir esta infección. Además, existen datos que sugieren que en las PIVIH el envejecimiento se está acelerando y/o acentuado. Esto se debe, entre otras causas, a un estado inflamatorio crónico, incluso en aquellas personas cuyas cargas virales están suprimidas y su control inmunológico es adecuado. En este contexto del envejecimiento global, el VIH se presenta como una nueva enfermedad crónica».