
Oncología
El cribado selectivo de los tumores urológicos
El cáncer de vejiga y el de próstata suelen manifestarse con sangre en la orina. El renal, en cambio, es el más silencioso

El cáncer de próstata, el de vejiga y el de riñón son los tumores urológicos más frecuentes. Así, este año el de próstata será con 32.188 nuevos casos el cuarto cáncer con mayor incidencia (primero entre varones), le seguirá el de vejiga con 22.435 casos previstos (quinto entre la población general y cuarto en varones) y el de riñón con 9.774 casos (octavo entre la población general y quinto en varones).
Pero, pese a su frecuencia, lo cierto es que en la actualidad no existe ningún cribado frente a estos u otros tumores urológicos. Y eso que en septiembre de 2022, en el marco del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, la Comisión Europea recomendó impulsar, entre otros, el cribado del cáncer de próstata, para «lograr detectar este tumor antes de que se manifieste clínicamente, cuando aún es curable en más del 95% de los casos», explica el doctor Miguel Sánchez Encinas, jefe de Servicio de Urología del Hospital Universitario Rey Juan Carlos y jefe de equipo de Urología del Hospital Ruber Internacional y del Centro Médico Ruber Internacional Paseo de la Habana.
Y es que diversos estudios como «el European Randomized Study of Screening for Prostate Cancer han demostrado con el cribado una reducción de la mortalidad de hasta un 30%», añade.
Ahora bien, la falta de especificidad del PSA, que sigue siendo la prueba estrella, «ha generado sobrediagnóstico. Por eso, lo recomendable hoy», según el doctor, «es realizar un PSA de base a partir de los 45-50 años y, si está elevado, complementarlo con una resonancia para seleccionar así qué pacientes necesitan una biopsia y evitar realizar pruebas innecesarias».
En cuanto a si se debería extender el cribado para prevenir todos los tumores urológicos, para el especialista no, ya que «hoy no contamos con suficiente evidencia científica que así lo justifique. Pero eso no significa que no se pueda avanzar. En ciertos contextos sí sería razonable plantear estrategias de cribado selectivo en poblaciones de riesgo».
Así, en el caso del cáncer de vejiga, podría valorarse, según Sánchez Encinas, «el cribado en fumadores intensos o personas expuestas a carcinógenos laborales. Y en el cáncer renal, aunque suele diagnosticarse de forma incidental por su carácter asintomático, los avances en imagen podrían facilitar en el futuro cribados oportunistas en pacientes con hipertensión, obesidad o antecedentes familiares».
Por tanto, más que extender un cribado sistemático, para el doctor el camino está en desarrollar herramientas más precisas y personalizadas, y en identificar grupos de riesgo concretos que se puedan beneficiar realmente de una detección precoz.
En este sentido, resulta crucial estar atentos a los síntomas, y eso que en el caso de estos tumores, en demasiadas ocasiones pasan asintomáticos hasta que ya es tarde. Así, el de próstata, aunque suele no dar síntomas, puede, según Sánchez Encinas, diagnosticarse de manera incidental al consultar con el médico por alteraciones en el ritmo urinario, como chorro débil, dificultad para iniciar la micción o aumento de la frecuencia.
En cambio, el de vejiga suele presentarse con sangre en la orina (visible o microscópica), incluso sin dolor al orinar, lo que lo convierte en una señal de alarma clara.
El cáncer renal es, según el doctor, el más silencioso y, por eso, con frecuencia se detecta de forma incidental al realizar una ecografía o un TAC por otro motivo. En fases avanzadas, puede dar síntomas como dolor lumbar, masa palpable en el costado o pérdida de peso inexplicable.
A ellos hay que sumar otros tumores urológicos como el de testículo y el de pene. «El cáncer de testículo afecta sobre todo a hombres jóvenes entre los 15 y 35 años, y suele manifestarse como una masa indolora en uno de los testículos. Finalmente, en el caso del cáncer de pene, los síntomas pueden incluir lesiones persistentes en el glande o el prepucio».

Cómo mejorar el diagnóstico precoz
►Especialistas de Urología, Oncología médica, Radioterapia, Medicina nuclear y genética se centraron el pasado jueves durante la jornada sobre Uro-oncología celebrada en el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid en cómo mejorar el diagnóstico precoz y la toma de decisiones personalizadas. Así, «abordaron desde el uso de las imágenes de nueva generación como la resonancia de próstata, PET con PSMA, hasta el uso de radioligandos, pasando por la cirugía robótica, el papel de la inteligencia artificial para analizar datos clínicos, la integración de biomarcadores genéticos y combinaciones de fármacos en fases avanzadas o segundas líneas junto a la inmunoterapia», explica el doctor Sánchez Encinas, miembro del comité científico de la jornada; un evento multidisciplinar en el que contó con la participación de doctores de renombre como Antonio Alcaraz o Carmen González Enguita, entre otros.
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