Entrevista
«Los famosos negacionistas entran en polémicas para salir en los medios y mantener su fama»
Fernando Pena es presidente de la Asociación Española de Psicología Sanitaria (Aepsis)
La Asociación Española de Psicología Sanitaria (Aepsis) empezó a tratar a profesionales de la salud, especialmente médicos y personal de enfermería, tras el primer confinamiento, ya que en este colectivo sanitario se sumaba además la gran presión asistencial y emocional de la primera ola de lo que poco después sería considerado como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Son palabras del presidente de esta sociedad científica, Fernando Pena, que también es director del Centro de Psicología Calma Al Mar, de Valencia.
-¿Ustedes son profesionales que pertenecen enteramente al sector privado?
-En efecto, en principio así es. Sin embargo, tras el primer confinamiento, y como las consultas de la sanidad pública no daban abasto, empezaron a acudir a nosotros sobre todo personal de enfermería y médicos. Comenzamos a ver procesos serios para la calidad de vida y el desempeño del trabajo, como trastornos de ansiedad, estrés, síntomas depresivos, ideas suicidas e intentos frustrados de suicido.
-Pero, permítame que le diga, resulta paradójico y contradictorio que sanitarios que trabajan para la sanidad pública tengan que pagarse de su bolsillo consultas privadas para su salud mental.
-Totalmente de acuerdo con usted. De ahí que en seguida nuestra asociación empezara a plantearse el problema y a resolverlo con convenios con sindicatos de enfermería y hospitales para que pudieran acceder y rápidamente a nuestras consultas, presencial o telemáticamente, como ellos eligiesen y siguiendo todas las normas de prevención y seguridad, en unas condiciones económicas muy ventajosas. Esto deseo dejarlo muy claro. Para los hospitales y sindicatos que deseen ponerse en contacto con Aepsis a fin de acceder al convenio de atención psicológica es posible informarse a través de la página web www.aepsis.com.
-¿Tras el primer confinamiento se produjo un aumento en las consultas en la población general?
-Justo durante las primeras semanas y, curiosamente, los problemas eran prácticamente los mismos: ansiedad, depresión, problemas de pareja, bajo estado de ánimo, ideas suicidas… Inmediatamente después del confinamiento hubo un descenso muy acusado de citas en nuestras consultas de Psicología. La gente tenía miedo a salir de casa. Pero, al poco tiempo, la tendencia cambió totalmente y las peticiones de ayuda psicológica superaron con creces a las del periodo anterior a la pandemia. Esto fue motivado por la necesidad urgente que tenían algunas personas y familias. Hoy en día la demanda sigue aumentando hasta los niveles más elevados que yo he vivido en mis 20 años de experiencia profesional como psicólogo.
-Además, el confinamiento intensifica la soledad. Cada vez hay más personas que viven solas y, a pesar de vivir en el siglo de las telecomunicaciones, lo cierto es que no hay una comunicación de tú a tú, de mirar a los ojos, de tocarse… ¿Cómo afecta eso?
-Sin duda, eso está generando numerosas patologías. Está comprobado científicamente que el contacto corporal, el abrazo, las muestras físicas del afecto, tienen un efecto positivo en la bioquímica cerebral y esto genera efectos emocionales muy positivos. En consulta observamos que muchos jóvenes entre 18 y 25 años, por ejemplo, se han acostumbrado a relacionarse por WhatsApp y no se atreven a llamar por teléfono para comunicarse de forma más cercana con la persona, incluso viviendo en la misma ciudad para llegar a concertar una cita, hasta para buscar trabajo, porque esas relaciones en las que se ven encubiertos van mermando su autoestima. Tienen más formas de comunicarse que nunca y la verdad es que se comunican con más dificultad.
-Desde su punto de vista profesional, ¿qué opinión le suscitan declaraciones de famosos como la actriz española Victoria Abril negando la evidencia del coronavirus?
-Las personas que llamamos negacionistas con respecto a la pandemia expresan su opinión ante qué estilo de vida se debe tener, dónde está la verdad o si sienten coartada su libertad. Ella ha manifestado su opinión. No puedo negar que lo haga con algún fin concreto. Pero es cierto que muchos famosos pueden entrar en este tipo de polémicas voluntariamente para salir en los medios de comunicación y mantener su fama, de la que viven. En estos casos no lo hacen con desconocimiento. Saben lo que hacen y creo que con un fin premeditado.
-¿Su superego, su soberbia y su vanidad están por encima de todo y eso es lo único que les interesa?
-En esos casos así es. Buscan el beneficio personal a corto plazo, que en algunos famosos pasa por generar simples polémicas amorosas, y en otros casos pueden llegar a divulgar informaciones falsas, claramente perjudiciales para la salud pública.
-¿Ni son conscientes del desprestigio que les puede suponer y del daño que pueden causar a los pacientes o a los familiares que han perdido a un ser querido por esta pandemia, y no «plandemia», como matizaba ella?
–Son personas que llevan en los medios de comunicación buena parte de su vida. Conocen el efecto que causan estas fuertes polémicas y saben que lo que hacen va a ponerles en el foco de la atención.
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