Respiratorio
La odisea de los pacientes que usan los respiradores defectuosos de Philips
Muchos afectados por este problema no saben cómo proceder
La onda expansiva de lo ocurrido en España, y previamente en Estados Unidos, con los respiradores de Philips afecta cada vez a más personas en todo el mundo, donde muchos pacientes que emplean estos ventiladores mecánicos y máquinas para la apnea del sueño (CPAP y BiPAP) de la compañía se están viendo perjudicados por este problema.
El hecho en cuestión, tal como adelantó este suplemento, está relacionado con la espuma de reducción de ruido de poliuretano a base de poliéster denominado PE-PUR (de polyester-based polyurethane) que contienen, ya que se ha visto que ésta puede degradarse hasta producir partículas que pueden entrar en el flujo de aire del dispositivo y ser inhaladas o ingeridas por el usuario. La mayoría de los dispositivos afectados pertenecen a la familia de productos DreamStation de primera generación.
Los problemas de salud asociados a la exposición de las partículas incluyen irritación (de la piel, los ojos y las vías respiratorias), respuesta inflamatoria, cefalea, asma, sucesos adversos en otros órganos (como en hígado y riñones), así como efectos tóxicos y cancerígenos, tal y como advierte la Agencia Española del Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) en España.
Muchos de estos síntomas los notaba Álvaro Peña, un español residente en Dinamarca que utiliza uno de estos respiradores desde hace dos años y medio debido a su apnea: «Esto significa que cuando duermo tengo periodos que ’'dejo de respirar’' de forma involuntaria durante unos segundos, que a veces puede llegar hasta un minuto», explica. «Llevaba meses con una sinusitis en la parte izquierda de la cara que no conseguía quitar y me levantaba con los ojos irritados y llorosos. Pensaba que se debía al chorro de aire frío que salía por un lado de la máscara cuando se descolocaba durmiendo, pero ha sido dejar de usar el aparato, a pesar de la apnea, y desaparecer todos los síntomas», cuenta a A TU SALUD.
El caso de Dinamarca
Fue en ese punto que el hospital le envió una carta personal al buzón digital advirtiendo del problema «y me indicaban que Philips se pondrían en contacto conmigo. También me indicaban que debería registrar el aparato en la web de Philips», narra. «Lo he hecho y estoy a la espera que me envíen uno nuevo sin la nociva espuma».
El proceso, cuando menos resulta contradictorio: «En mi caso creen que mi apnea no es grave y, por tanto, me indican que el “tratamiento lo consideran seguro” y que hable con mi médico de cabecera. Sin embargo, al registrar mi aparato en la web de Philips, la compañía me indica que es uno de los “afectados” y que hable con mi médico. Ante la duda y siendo como soy un escéptico del sistema, dejo de usar la máquina de inmediato».
Ahora, señala, «ya no me levanto con los ojos irritados ni llorosos. Ya no tengo la pesadez que sentía en la cabeza por las mañanas. La sinusitis parece que se ha curado sola en una semana sin usar la máquina. También ha desaparecido la sequedad que tenía en la garganta, a pesar que la máquina llevaba un humidificador incorporado. Pero no todo son ’'mejoras’'. He vuelto a roncar, algo que había desaparecido con la máquina», concluye.
En Dinamarca hay más de 35.000 personas que, como él, padecen problemas respiratorios o bien la apnea del sueño, pero son millones en todo el mundo.
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