Secuelas respiratorias
¿Cómo afecta la calima a la salud y quién está en riesgo por ella?
La exposición a un aire cargado de polvo provoca sequedad en las mucosas, irritación ocular y agrava la tos, la dificultad respiratoria y los broncoespasmos
Amanecer con el cielo teñido de naranja y con todas las superficies colmadas de polvo procedente del Sáhara es una situación llamativa que se ha convertido en el tema de conversación del día. Pero, además de curioso, se trata de una cuestión con graves consecuencias para la salud que ya se extiende por gran parte de la geografía nacional, a pesar de que se trata de un fenómeno meteorológico más propio de las Islas Canarias.
En concreto, la calima puede resultar peligrosa para la salud de los ciudadanos, ya que el polvo procedente del Sáhara está compuesto generalmente por aluminosilicatos, es decir, óxido de aluminio y sílice, arcilla, yeso, calcita y otros minerales. Sin pasar por alto que además contiene partículas microscópicas de otras bacterias, hongos, polen y otros elementos no tan naturales. Por ello, una alta exposición a un aire cargado de polvo como el que tenemos actualmente supone un riesgo para la población en general, pero sobre todo para los pacientes con enfermedades respiratorias de base.
Consecuencias para la salud
«Respirar de manera prolongada el aire con una presencia elevada de partícula PM10 tiene repercusiones en la salud, ya que, a diferencia de lo que ocurre con la niebla, aquí se trata de partículas secas y eso genera sequedad en las mucosas con las que entra en contacto, como por ejemplo con los ojos y las vías respiratorias altas, es decir, a nivel nasal, de faringe, bronquios, pulmones...», advierte el doctor Felipe Villar Álvarez, jefe asociado del Servicio de Neumología de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid y coordinador científico de la revista «Open Respiratory Archives» de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
Por ello, tal y como detalla el neumólogo, la aparición de esta calima resulta especialmente peligrosa para personas con problemas respiratorios, «como pacientes con EPOC, asmáticos o personas con problemas de bronquitis. Si la exposición resulta muy prolongada e importante, se pueden desencadenar episodios de tos repetida, disnea o dificultad para respirar, broncoespasmos o sibilancias, es decir, la aparición de sonidos agudos y silbantes que se producen durante la respiración a causa de un bloqueo parcial en las vías respiratorias», detalla el doctor Villar Álvarez. Sin embargo, los pacientes crónicos o con enfermedades previas no son los únicos que pueden notar las consecuencias de esta masa de aire procedente del Sáhara, ya que también deja secuelas en personas sanas. «Es normal que aparezca la sensación de picor y enrojecimiento de los ojos, sequedad bucal, Deben tener especial cuidado las mujeres embarazadas, los niños más pequeños, los ancianos y las personas con enfermedades cardiovasculares, así como aquellos pacientes que presenten problemas de salud mental, como estrés o ansiedad, ya que esta situación puede provocarles alguna situación de crisis», añade el neumólogo. Y es que la exposición intensa a episodios de polvo del Sáhara empeora el pronóstico de los pacientes ingresados por insuficiencia cardiaca y es un factor predictor independiente de mortalidad intrahospitalaria en estos pacientes.
Por otra parte, se debe tener en cuenta que las partículas que miden menos de diez micras entran a nuestro organismo a través de las vías respiratorias, por lo que podría ser peligroso para la salud respirar tantas partículas en el aire de una forma continua. En concreto, según la Organización Mundial de la Salud, el nivel máximo al que se puede estar expuesto a este aire es de 50 mg por metro cúbico, de ahí que los expertos recomienden hoy cerrar bien las ventanas, mantener el uso de mascarillas en la calle y en los exteriores, beber abundante líquido y evitar hacer ejercicio al aire libre.
Daños oculares
La calima afecta también, especialmente, a la salud visual. Los especialistas de oftalmología Vithas Eurocanarias Instituto Oftalmológico aconsejan hacer lavados oculares con suero fisiológico, usar con mayor frecuencia las lágrimas artificiales y evitar rascarnos los ojos a pesar del picor para evitar lesiones en la superficie ocular.
«En Canarias, la presencia del polvo en suspensión, que llega desde territorio sahariano, afecta con frecuencia a la población, teniendo efectos muy diversos sobre su salud y bienestar», explica el Dr. Ángel García, oftalmólogo de Vithas Eurocanarias Instituto Oftalmológico. Además, el oftalmólogo recuerda que «el picor e irritación en los ojos también es frecuente cuando vivimos episodios de calima densa y persistente». De hecho, insiste en que «estos síntomas son aún más persistentes en personas que deben trabajar a diario en la calle o están mucho tiempo expuestas al polvo en suspensión», detalla el especialista. Por eso, para reducir la irritación o mejorar los síntomas oculares, el oftalmólogo recomienda «realizar lavados oculares con suero fisiológico, usar frecuentemente lubricantes/lágrimas artificiales, evitar rascar los ojos en caso de picor ya que se puede dañar la superficie ocular».
Por su parte, el neumólogo Villar Álvarez recomienda que «si es posible lo mejor es evitar salir de casa y, si se hace, hacerlo con la mascarilla puesta, ya que actúa como un eficaz método de barrera que evita que esas partículas entre en contacto con la mucosa nasal y el sistema respiratorio, reduciendo así la irritación. Además, resulta muy importante beber mucha agua para hidratar bien las mucosas, ya que una de las principales consecuencias que provoca esta calima es la sequedad bucal».
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