Reproducción asistida
Un nuevo estudio habla sobre la relación de la edad con la fertilidad masculina
Numerosas investigaciones han demostrado ya que la edad en la mujer es un factor determinante en su fertilidad, pero ¿y en el varón?
Inestabilidad laboral, prolongación de la formación o tardar en encontrar la pareja adecuada son algunos de los motivos por los que el hombre, al igual que la mujer, pospone cada vez más la decisión de ser padre, y cuando pasa la barrera de los 40, es inevitable que se pregunte si esto influirá negativamente en la posibilidad de tener hijos y en la salud de estos.
Ante la actualidad del tema y el interés que despierta, hemos buscado trabajos científicos recientes que arrojen luz a esta pregunta, y uno de los más actuales, de hecho de hace tan solo unos días, es el publicado por unos especialistas en medicina reproductiva de Chicago y California. Para que explique los resultados que han obtenido, hemos invitado al reputado científico y doctor Jan Tesarik, fundador y director de Clínica MARGen, a que nos resuma de modo legible para aquellos que no tienen formación médica qué demuestra este estudio.
1ª Doctor Tesarik, ¿qué aporta este nuevo estudio de sus colegas de profesión a la medicina reproductiva? ¿puede hacernos una conclusión de los resultados?
Ciertamente este nuevo e interesante estudio aporta datos muy útiles a la medicina reproductiva, porque no hay que olvidar que no se ha realizado con casos de paternidad tardía natural, es decir, la información obtenida es solo aplicable y útil para casos de reproducción asistida. Los autores de esta investigación han estudiado la prevalencia de anomalías cromosómicas (aneuploidías) en embriones resultantes de la fecundación in vitro (FIV) con espermatozoides provenientes de los hombres de diferentes edades. El número de los embriones analizados (1720) fue suficiente para llegar a conclusiones fiables. Y la principal, y algo sorprendente, conclusión fue la falta de asociación alguna entre la edad del hombre y el riesgo de anomalías cromosómicas de los embriones. En otras palabras, la probabilidad de tener un embrión con una anomalía cromosómica es la misma para los hombres de menos de 30 años como para los de más de 55 años de edad. La independencia del riesgo de las anomalías cromosómicas de la edad del padre contrasta con una clara relación entre este tipo de anomalías y la edad maternal, con un aumento de las anomalías desde los 25 años de edad y su aceleración abrupta desde los 35 años. Sin embargo, hay que recordar que todos estos resultados se refieren a embriones resultantes de la FIV. De hecho, varios indicadores de la cantidad y la calidad de espermatozoides muestran un deterioro progresivo con la edad del hombre. Pero este deterioro solo puede afectar a la fecundación natural, ya que en el contexto de la FIV existen métodos para detectar y paliar diferentes anomalías espermáticas, tal como explica otro artículo, publicado por nuestro grupo de investigación. Consecuentemente, es recomendable que los hombres mayores que desean tener una descendencia acudan a una clínica especializada en este tipo de métodos diagnósticos y terapéuticos para conseguir el resultado deseado.
Aprovechando esta entrevista, le hemos pedimos también al doctor Tesarik que responda a algunas de las dudas más frecuentes de estos varones de edad tardía que desean ser padres.
2ª ¿Qué problemas son los más comunes que se encuentran en la medicina reproductiva que puedan ser debidos a la edad tardía del hombre? ¿Tienen tratamiento?
Los problemas más comunes debidos a la edad tardía del hombre son una disminución del número de los espermatozoides en el eyaculado, un deterioro de la movilidad y un aumento del porcentaje de espermatozoides con anomalías morfológicas. Este tipo de problemas tiene una solución fácil que requiere, sin embargo, la técnica de FIV. La FIV realizada mediante una inyección directa de espermatozoides en el citoplasma de los ovocitos (ICSI) resuelve los problemas del número y de la movilidad de los espermatozoides. En cuanto a las anomalías morfológicas, una técnica derivada de la ICSI y llamada IMSI es más fiable. De hecho para una IMSI se analizan los espermatozoides utilizando sistemas microscópicos con la capacidad del aumento óptico superando el aumento alcanzable en una ICSI convencional, lo que permite evitar la inyección de los espermatozoides con anomalías morfológicas sutiles pero potencialmente importantes. En cuanto a los daños en el ADN espermático, técnicas especiales pueden detectar los espermatozoides afectados y así evitar su inyección en los ovocitos. Tratamientos con medicamentos antioxidantes durante 2-3 meses antes del intento de la FIV puede disminuir los daños en el ADN espermático, y en casos de fracaso de esas técnicas no invasivas, el uso de los espermatozoides obtenidos directamente del testículo mediante una biopsia se puede considerar como la técnica del último recurso. Nuestro equipo de investigación ha publicado un algoritmo de la utilización de cada una de las técnicas arriba mencionadas según la condición particular de cada caso.
3ª Se habla mucho de otras patologías que podría sufrir el futuro bebé que parece que están asociadas al factor edad del hombre, como la esquizofrenia y el autismo, ¿qué opina de esto?, ¿hay base científica?
Desde hace más de 20 años varios estudios relatan un ligero aumento del riesgo de esquizofrenia y otros problemas psicóticos y del autismo en la descendencia de hombres de edad avanzada. Sin embargo, una evidencia firme y los posibles mecanismos responsables de esta tendencia aún quedan por determinar. No obstante, queda claro que estas tendencias no están relacionadas con anomalías cromosómicas de los embriones, por lo cual creo que no hay que desanimar a los hombres mayores en su afán de ser padres. Es probable que las causas de estas enfermedades estarán esclarecidas pronto, lo que permitirá tomar medidas adecuadas para su prevención. Un artículo reciente formula una hipótesis que, más bien que la edad por sí misma, estos efectos podrían ser debidos a una acumulación de varios factores negativos de carácter sociodemográfico, socioeconómico y de la salud general a lo largo de la vida de hombres mayores. Si esta hipótesis se confirma, se necesitará buscar los factores potencialmente responsables y elegir un tratamiento adecuado para mitigar sus efectos.
4ª Por último, para la pregunta de siexisten pruebas clínicas que indiquen el estado de la fertilidad masculina, algo muy importante que determinar en estas situaciones, consultamos con la también directora de este centro, la doctora Raquel Mendoza Tesarik, quien declara:
La prueba de base no es clínica, sino de laboratorio. Se trata de un seminograma, un test que evalúa el número y la concentración de los espermatozoides en el eyaculado, así como el porcentaje de los espermatozoides móviles y de los que presentan varias anomalías de su morfología. En los hombres de edad avanzada es especialmente importante evaluar los posibles daños a las moléculas de su ADN que suelen tener una tendencia al aumento durante el envejecimiento. Otros exámenes diagnósticos se pueden utilizar en casos de sospecha de una anomalía particular. En función de la síntesis de los resultados obtenidos se determina la estrategia personalizada de tratamiento, adaptada a la condición de cada hombre.
Como conclusión, podría resumirse que la edad sí influye en la fertilidad masculina, pero que, hoy en día, la medicina reproductiva tiene un gran porcentaje de éxito en estos casos de infertilidad. Nos quedamos con el consejo del doctor Tesarik: “Es recomendable que los hombres mayores que desean tener una descendencia acudan a una clínica especializada para poder conseguir con mayor seguridad su deseo de ser padres”.
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