Estudio
El 40% de la población española se ha sometido a algún tratamiento estético
Cuatro de cada 10 españoles de entre 16 y 70 años son usuarios de la medicina estética, cuando a finales de 2019, era únicamente el 36% de la población, lo que representa un crecimiento en dos años de cuatro puntos porcentuales. Un porcentaje que baja hasta el 22,8% de la población que se sometía a un tratamiento estético en 2012.
El 71,8% de los clientes de estos tratamientos son mujeres y el 28,2%, hombres. La mayoría de ellos se hacen tratamientos al menos una vez al año. Aunque de promedio, ellas se someten a tres tratamientos y ellos a dos.
Cinco de cada 10 mujeres y tres de cada 10 hombres utilizan los servicios de medicina estética, que crecen notoriamente entre ellos. Así, el aumento entre los hombres es de (10%). Entre las mujeres el incremento es moderado y es de (2%).
Estas son algunas de las conclusiones del estudio publicado hoy por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), que recoge que, tras la pandemia, vuelve a crecer, aunque aún lejos de los niveles de 2019, el interés de la Medicina Estética en nuestro país. Así durante el año 2021 se realizaron 871.525 tratamientos médico-estéticos. De ellos, el 72% fueron tratamientos faciales, el 22% corporales y el 6% restante están caracterizados en otros como el “hair removal”.
Por tratamientos destaca el crecimiento de los faciales. En concreto, el “Estudio dimensionamiento e impacto socioeconómico de la Medicina Estética en España”, elaborado por Hamilton, recoge que en estos dos últimos años destaca el crecimiento de los tratamientos faciales en un 3,1%; seguidos por los corporales, que han crecido de forma más moderada en un 0,9%. Los tratamientos capilares y de “antiaging” se mantienen en los mismos niveles que 2019.
De los 626.778 tratamientos faciales realizados, el 42% correspondieron a toxina botulínica, que se ha consolidado definitivamente como el tratamiento facial más realizado tras la pandemia. Le siguen el tratamiento con ácido hialurónico y los tratamientos para mejorar la calidad de la piel.
En cuanto al motivo para hacerse un tratamiento, el principal es “verse bien”, seguido de mejorar la autoestima, sentiste mejor, así como mejorar la imagen conservando el aspecto natural.
El informe también recoge que los jóvenes cada vez solicitan más estos servicios influenciados por las redes sociales.
Así, si hace unos años la edad media de entrada a la medicina estética era de 35 años, ahora son jóvenes a partir de 20 que principalmente solicitan rellenos de ácido hialurónico en labios y toxina botulínica.
“El uso de las redes sociales y la posibilidad de usar filtros han contribuido a generar nuevas necesidades en pacientes jóvenes”, explica el doctor Sergio Fernández, vicepresidente segundo de SEME.
Durante la rueda de prensa, los médicos insistieron en un mensaje esencial: los pacientes han de preguntar y comprobar si el centro es una clínica sanitaria U.48 antes de hacerse ningún tratamiento. Se llama así a las unidades asistenciales en la que un médico es responsable de realizar tratamientos no quirúrgicos, con finalidad de mejora estética corporal o facial.
Algo esencial, ya que únicamente el 57,8% de los pacientes preguntó en el centro si era una clínica sanitaria autorizada por el Ministerio de Sanidad para ejercer la Medicina Estética antes de someterse a un tratamiento, una pregunta que hacían mucho más los hombres que las mujeres que se fían más del “boca a boca”.
Y lo que es peor, únicamente el 15,1% de los usuarios no se sometió a un tratamiento porque el centro no tenía licencia. El 84,9% restante se sometió pese a ello y pese los riesgos (mala cicatrización, necrosis de la piel, hepatitis, etc.).
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