Familia
¿Qué debo darle de comer a mis hijos cuando están malitos?
Es normal que los niños pierdan apetito cuando están malitos. Ahora bien, eso no significa que debamos dejar de darles de comer
Aunque es una circunstancia que suele crear bastante alarma entre los padres, es perfectamente normal que los niños no quieran comer tanto como de costumbre. Y tampoco debemos pretender que coman como si estuvieran en perfectas condiciones físicas. Su cuerpo necesita tiempo para recuperarse y para recuperar plenamente el apetito. Ahora bien, esto no quiere decir que debamos permitir que el niño no coma nada en absoluto. Porque si esta malo y encima no come... podría llegar a ponerse todavía peor.
Los sólidos... poco a poco
Lo prioritario es que esté hidratado. Cuando estamos enfermos, nuestro cuerpo pierde más fluidos de lo normal. Y cuando estos líquidos no se recuperan con la suficiente rapidez, podemos empezar a deshidratarnos; lo que prolongará y agravará la enfermedad. Por eso es necesario que le demos de beber con frecuencia. Podemos -por ejemplo- prepararle un vaso de leche caliente o quizás un zumo de frutas. Los caldos, los purés y las sopas caseras de pescado o arroz siempre son de mucha ayuda.
En cuanto a los alimentos sólidos, no conviene forzar al niño a comer si no tiene hambre. Como hemos dicho antes, es normal que pierda el apetito cuando está malito. Sobre todo cuando se trata de alguna afección del estómago, como la gastroenteritis o la diarrea, que pueden dejar a los niños débiles y sin hambre.
Una recomendación que es bastante común cuando existen problemas estomacales es la llamada “dieta BRAT”, que es un tipo de dieta blanda que se limita únicamente a cuatro alimentos: el plátano, el arroz blanco, la compota de manzana y las tostadas. Todos estos son alimentos de fácil digestión que consiguen aportar nutrientes esenciales, capaces de asegurar el equilibrio electrolítico. Ahora bien, esta dieta no se puede mantener durante demasiado tiempo, porque carece de algunos elementos importantes de cualquier alimentación equilibrada. Por este motivo, cuando la fase aguda de los problemas intestinales remite, hay que comenzar a introducir de nuevo el resto de los alimentos en la dieta.
Vaya despacio y ofrézcale pequeñas porciones de comida, como el pescado a la plancha, un puré o una tortilla blandita. Y después de que haya comido un poco, dele un poco de tiempo antes de volver a ofrecerle otro alimento sólido. Así conseguiremos que vaya recuperándose poco a poco... y sin crear malestar en el estómago. Tengamos en cuenta que los alimentos cocidos serán más fáciles de digerir y que es importante evitar las frutas y las verduras crudas, las bebidas gaseosas, los sabores fuertes, las carnes duras, las especias, los picantes y el exceso de aceite.
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