
Hábitos
Di adiós a la procrastinación con el método Kaizen: pasos fáciles que puedes aplicar hoy
Te explicamos cómo aplicar esta técnica japonesa desde ya con microacciones sencillas

Procrastinar no es simplemente dejar las cosas para mañana. Es un patrón de comportamiento más complejo, una forma de autosabotaje que se manifiesta en la postergación constante de tareas que consideramos importantes, aunque sepamos que aplazarlas nos perjudica. A menudo, detrás de la procrastinación hay miedo, perfeccionismo, baja autoestima o simplemente una abrumadora sensación de montaña imposible de escalar.
Pero, ¿y si la solución estuviera justo en lo contrario? En mirar esa montaña y dar solo un paso. Uno muy pequeño. Ahora. Eso es, en esencia, el método Kaizen.
El método Kaizen: mejora continua con pasos minúsculos
Originado en Japón como una estrategia empresarial tras la Segunda Guerra Mundial, el Kaizen promueve la mejora continua a través de cambios constantes, incrementales y sostenibles. Aunque en su origen se aplicaba a procesos industriales, su filosofía ha trascendido al ámbito personal.
En el libro "Vivir en modo Kaizen", la autora María Martínez traslada esta mentalidad al terreno del crecimiento individual y ofrece una herramienta simple pero poderosa para dejar de procrastinar: actuar ahora, con lo que tengas, con lo que puedas.
Cómo aplicar el Kaizen para dejar de procrastinar
El ejercicio que propone María Martínez parte de una premisa directa, haz algo ahora respecto a aquello que depende de ti. Parece una obviedad, pero en la práctica es revolucionario. Aquí te explicamos cómo funciona paso a paso:
1. Toma conciencia de tu motivación real
Antes de actuar, pregúntate: ¿quiero hacer esto por mí o por presión externa? Si no hay motivación intrínseca, te costará ponerte en marcha. Reconectar con el deseo propio es el primer motor kaizen.
2. Elige una acción pequeña que puedas hacer ya
No se trata de terminar el proyecto completo, sino de comenzar por lo más fácil. ¿Puedes escribir un título? Escríbelo. ¿Puedes abrir el documento y leer la primera línea? Hazlo. La acción debe cumplir tres criterios: que sea pequeña, que dependa solo de ti y que puedas hacerla en este mismo momento.
3. Cambia la etiqueta de "procrastinador" por "persona en movimiento"
Muchas veces nos estancamos por identificarnos con la etiqueta de “procrastinador”. Pero en realidad, haces muchas cosas cada día. Tirar un papel, colocar un libro, responder un correo breve... son también actos de acción. El método Kaizen pone el foco en ese tipo de movimientos: pequeños, reales, visibles.
4. Desobedece a tu mente (cuando te sabotea)
Cuando tu cerebro diga "da igual", "mejor mañana", "esto es una tontería"... no le hagas caso. Actúa. Si no quieres hacer eso en concreto, elige otra cosa, pero actúa. La clave está en **crear un hábito de microacción continua.
Un cambio de mentalidad que genera impulso
El poder del Kaizen no está en hacer más, sino en cambiar el enfoque. No necesitas fuerza de voluntad infinita ni rutinas maratonianas. Solo necesitas acostumbrarte a moverte. Porque moverse, incluso un milímetro, es salir del estancamiento. Y eso, por sí solo, ya rompe el ciclo de la procrastinación. Ese movimiento generará un hábito de movimiento Kaizen. Una forma de vivir en acción, sin esperar a tener motivación perfecta ni condiciones ideales.
El Kaizen es para ti
No hace falta que cambies tu vida hoy. Solo cambia este momento. Tira un papel. Ordena una carpeta. Escribe una línea. Haz esa pequeña cosa que llevas posponiendo. Y luego otra. Y otra. Vivir en modo Kaizen no se trata de hacer más, sino de hacerlo diferente: con intención, con presencia y desde lo que depende de ti. Aquí. Ahora. ¿Preparado para moverte?
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