Biología

Estas son la moléculas "culpables" de que perdamos más o menos peso al hacer ejercicio

Estas moléculas afectan la forma en que el cuerpo utiliza y almacena energía, y por qué las respuestas metabólicas varían tanto entre individuos.

Tratamiento para adelgazar
Tratamiento para adelgazarFreepik

El proceso de pérdida de peso es más complejo de lo que parece a simple vista. A pesar de que el ejercicio es uno de los métodos más recomendados para reducir la grasa corporal, la efectividad de este proceso no es igual para todas las personas. A veces, incluso siguiendo rutinas similares, dos individuos pueden experimentar pérdidas de peso muy diferentes. Esta variación puede explicarse en gran parte por las moléculas y mecanismos bioquímicos que intervienen en la respuesta del cuerpo al entrenamiento.

En este artículo, exploraremos en profundidad qué moléculas y procesos internos son responsables de las diferencias en la pérdida de peso inducida por el ejercicio. Además, examinaremos cómo estas moléculas afectan la forma en que el cuerpo utiliza y almacena energía, y por qué las respuestas metabólicas varían tanto entre individuos.

El metabolismo: la base de la pérdida de peso

Antes de entrar en detalles sobre las moléculas específicas, es esencial entender el papel del metabolismo en la pérdida de peso. El metabolismo se refiere al conjunto de procesos bioquímicos que ocurren en el cuerpo para convertir los alimentos en energía. La tasa metabólica de una persona es la cantidad de energía que su cuerpo consume en reposo y durante la actividad física.

Cuando entrenas, el cuerpo necesita energía para realizar las contracciones musculares y otras funciones relacionadas con el ejercicio. Para cubrir estas demandas energéticas, el organismo extrae calorías de las reservas de glucógeno (carbohidratos almacenados) y de las reservas de grasa. Sin embargo, la cantidad de grasa que se quema y la eficiencia con la que el cuerpo utiliza estas reservas varían de una persona a otra, debido a la influencia de diversas moléculas.

Adipocinas: las moléculas clave del tejido adiposo

Uno de los principales actores en la regulación de la pérdida de peso son las adipocinas, un grupo de moléculas producidas por el tejido adiposo (grasa). Estas sustancias no solo influyen en el almacenamiento y la liberación de grasa, sino que también afectan a la sensibilidad a la insulina y a la inflamación, factores que influyen en la respuesta del cuerpo al ejercicio.

Leptina

La leptina es una de las adipocinas más conocidas y desempeña un papel crucial en la regulación del apetito y el balance energético. Esta hormona es producida principalmente por el tejido adiposo y su función principal es informar al cerebro sobre las reservas de grasa en el cuerpo. En teoría, niveles altos de leptina deberían reducir el apetito y aumentar el gasto energético.

Sin embargo, en personas con sobrepeso u obesidad, a menudo se desarrolla una resistencia a la leptina. Esto significa que, a pesar de que los niveles de leptina son altos, el cerebro no recibe la señal de que hay suficiente grasa almacenada, lo que lleva a un aumento en la ingesta de alimentos y una disminución en el gasto energético.

Durante el entrenamiento, los niveles de leptina pueden variar. En individuos con una buena respuesta a la leptina, la actividad física puede aumentar la sensibilidad a esta hormona, favoreciendo la pérdida de peso. No obstante, en personas con resistencia a la leptina, el efecto del ejercicio sobre la pérdida de peso puede ser menos pronunciado.

Adiponectina

Otra adipocina importante es la adiponectina, que, a diferencia de la leptina, está más relacionada con la sensibilidad a la insulina y la capacidad del cuerpo para utilizar la grasa como fuente de energía. Niveles altos de adiponectina favorecen la oxidación de ácidos grasos y la reducción de los depósitos de grasa, lo que se traduce en una mayor pérdida de peso durante el ejercicio.

Lo interesante de la adiponectina es que sus niveles tienden a ser más bajos en personas con obesidad. Sin embargo, el ejercicio regular puede aumentar sus niveles, mejorando la capacidad del cuerpo para quemar grasa y favoreciendo la pérdida de peso. Por esta razón, las personas que tienen niveles más altos de adiponectina suelen responder mejor al entrenamiento físico en términos de reducción de grasa corporal.

Hormonas del estrés y su influencia en la pérdida de peso

El ejercicio no solo influye en las moléculas relacionadas con la grasa, sino que también activa la liberación de hormonas del estrés como el cortisol, que puede tener un impacto significativo en la pérdida de peso.

Cortisol

El cortisol, conocido comúnmente como la "hormona del estrés", es liberado por las glándulas suprarrenales en respuesta a situaciones estresantes, incluido el ejercicio intenso. Aunque el cortisol es necesario para movilizar energía y soportar el estrés físico, niveles crónicamente elevados pueden tener efectos adversos sobre la composición corporal.

Cuando el cortisol está elevado durante largos periodos de tiempo, puede favorecer el almacenamiento de grasa, especialmente en la zona abdominal. Esto se debe a que el cortisol estimula la lipogénesis (la creación de nuevas células grasas) y puede reducir la sensibilidad a la insulina, lo que dificulta la pérdida de peso.

Además, niveles altos de cortisol están relacionados con una mayor pérdida de masa muscular, lo que reduce el gasto metabólico basal. Como resultado, las personas que experimentan altos niveles de cortisol en respuesta al ejercicio pueden tener más dificultades para perder peso, a pesar de su esfuerzo físico.

Por otro lado, actividades físicas más moderadas, como el yoga o el ejercicio cardiovascular de baja intensidad, pueden ayudar a reducir los niveles de cortisol y facilitar la pérdida de grasa.

Catecolaminas: la chispa que enciende el metabolismo

Durante el ejercicio, el cuerpo libera catecolaminas, como la adrenalina y la noradrenalina, que son responsables de activar la movilización de las reservas de grasa para que sean utilizadas como fuente de energía.

Adrenalina y noradrenalina

Estas hormonas son fundamentales para el proceso de lipólisis, es decir, la descomposición de las moléculas de grasa en ácidos grasos que pueden ser utilizados por los músculos durante la actividad física. La cantidad de catecolaminas liberadas varía según la intensidad del ejercicio y la respuesta individual al estrés físico.

En personas con una alta liberación de catecolaminas durante el ejercicio, la pérdida de grasa puede ser más eficiente, lo que resulta en una mayor pérdida de peso. Sin embargo, en aquellos que producen menos catecolaminas o tienen una menor respuesta a estas, el entrenamiento puede no ser tan efectivo para movilizar las reservas de grasa.

Miocinas: las moléculas liberadas por los músculos durante el ejercicio

Cuando realizas ejercicio físico, no solo las hormonas del estrés y las adipocinas juegan un papel importante, sino que tus músculos también liberan moléculas que influyen directamente en la pérdida de peso. Estas moléculas son conocidas como miocinas, y actúan como mensajeros que comunican a otros órganos cómo adaptarse al entrenamiento.

Irisina

Una de las miocinas más estudiadas en los últimos años es la irisina, que se produce en respuesta al ejercicio aeróbico. Esta hormona tiene la capacidad de transformar el tejido adiposo blanco (la grasa que almacena energía) en tejido adiposo marrón (que quema energía para generar calor).

Este proceso, conocido como "browning" o conversión de grasa blanca en marrón, es especialmente útil para la pérdida de peso, ya que el tejido adiposo marrón es metabólicamente activo y quema calorías incluso en reposo. Por tanto, aquellas personas que producen mayores cantidades de irisina en respuesta al ejercicio pueden experimentar una mayor pérdida de grasa a largo plazo.

Insulina y glucagón: equilibrio en el metabolismo de carbohidratos

El entrenamiento físico también afecta a la liberación de insulina y glucagón, dos hormonas clave en el metabolismo de los carbohidratos y en la utilización de la glucosa como fuente de energía.

Insulina

La insulina es la hormona responsable de regular los niveles de glucosa en sangre, facilitando su entrada en las células para ser utilizada como energía o almacenada como glucógeno en el hígado y los músculos. Durante el ejercicio, los músculos aumentan su sensibilidad a la insulina, lo que permite que utilicen la glucosa de manera más eficiente.

Sin embargo, en personas con resistencia a la insulina (común en individuos con sobrepeso u obesidad), el cuerpo tiene dificultades para utilizar la glucosa de manera efectiva, lo que puede dificultar la pérdida de peso. Afortunadamente, el ejercicio regular mejora la sensibilidad a la insulina, lo que puede ayudar a reducir la grasa corporal y mejorar la salud metabólica.

Glucagón

El glucagón es la hormona que actúa en contraposición a la insulina. Durante el ejercicio, el glucagón estimula la liberación de glucosa almacenada en el hígado para mantener los niveles de energía. Al mismo tiempo, favorece la movilización de grasas, lo que ayuda a aumentar la oxidación de ácidos grasos y promueve la pérdida de peso.

La pérdida de peso inducida por el ejercicio es un proceso complejo que depende de la interacción de diversas moléculas y hormonas en el cuerpo. Adipocinas como la leptina y la adiponectina, hormonas del estrés como el cortisol, y miocinas como la irisina juegan un papel crucial en la forma en que el cuerpo responde al entrenamiento físico. Además, la producción de catecolaminas, insulina y glucagón también influye en la utilización de la energía y la quema de grasa.

Las diferencias en la respuesta individual al ejercicio pueden explicarse, en gran medida, por las variaciones en la actividad de estas moléculas. Algunas personas responden mejor a ciertos tipos de entrenamiento debido a sus niveles hormonales, lo que resulta en pérdidas de peso más rápidas o significativas.