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Alimentación

¿Por qué deberías comer yogur griego por la mañana?

Ya sea solo, con miel, frutas o frutos secos, el yogur griego es una opción sabrosa, saludable y completa para comenzar el día con energía

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El yogur griego se ha ganado un lugar especial en la alimentación saludable, y no es para menos. Más allá de su sabor cremoso y su versatilidad en la cocina, este producto lácteo ofrece múltiples beneficios para el cuerpo, especialmente cuando se consume en el desayuno.

A diferencia del yogur convencional, el yogur griego se elabora con un proceso más concentrado: se requieren aproximadamente cuatro litros de leche para obtener un solo kilo. Esta técnica tradicional griega consiste en enriquecer la leche con bacterias del ácido láctico y dejar escurrir la mezcla por más tiempo, lo que da como resultado una textura más densa y rica en nutrientes.

Los motivos para comer yogur griego por la mañana

Uno de los principales motivos para incluir yogur griego en la primera comida del día es su alto contenido en proteínas y grasas saludables, lo que proporciona una sensación de saciedad prolongada. Esto lo convierte en una excelente opción para quienes buscan controlar el apetito o perder peso, ya que también puede activar el metabolismo y favorecer la quema de calorías.

Pero los beneficios no se detienen ahí. Gracias a su aporte de calcio y proteínas, el yogur griego también contribuye a la salud ósea, ayudando a prevenir enfermedades como la osteoporosis. Además, contiene probióticos, bacterias buenas que pueden ayudar a mantener el equilibrio de la flora intestinal, aunque la respuesta a estos microorganismos puede variar según la persona.

Para quienes practican deporte, el yogur griego es ideal después del entrenamiento. Las proteínas que contiene favorecen la recuperación y el desarrollo muscular. De hecho, los expertos recomiendan combinarlo con nueces y frutos rojos para potenciar sus efectos.

Por último, investigaciones realizadas en Estados Unidos con más de 700 participantes han revelado que el consumo de lácteos fermentados con probióticos –como el yogur griego– puede contribuir a reducir la presión arterial de forma natural.