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Alimentación
Las patatas son un alimento básico en muchas cocinas, pero su consumo puede entrañar riesgos si presentan manchas verdes o brotes. Estas alteraciones indican la presencia de compuestos tóxicos que pueden afectar a la salud.
Las manchas verdes en las patatas se deben a la formación de clorofila por exposición a la luz. Aunque la clorofila en sí no es tóxica, su presencia suele ir acompañada de un aumento en los niveles de glicoalcaloides, como la solanina y la chaconina, compuestos naturales que la planta produce como defensa contra plagas.
Las manchas moradas, por otro lado, pueden deberse a factores genéticos o a condiciones de almacenamiento, pero no están directamente relacionadas con la toxicidad.
El consumo de patatas con altos niveles de glicoalcaloides puede provocar síntomas como náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. En casos graves, puede afectar al sistema nervioso central, causando alucinaciones, parálisis o incluso coma.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) establece que la dosis más baja a la que se observan efectos adversos es de 1 mg de glicoalcaloides por kilo de peso corporal al día.
Para minimizar la exposición a estos compuestos tóxicos, se recomienda:
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