Consejos
Cómo viajar con bebés y no morir en el intento
Sentar bien a los pequeños resulta crucial para su seguridad, así como parar cada hora y media, aunque estén dormidos
Las primeras vacaciones con un bebé siempre serán inolvidables, aunque el destino esté a menos de 50 kilómetros. Ahora bien, viajar con niños puede convertirse en algo estresante. ¿Qué llevo de botiquín?, ¿es mejor viajar de día o de madrugada?, ¿cada cuánto hay que parar si no se despierta? Por eso, independientemente del enclave, lo primero todo es asegurarse de que los pequeños viajan en las mejores condiciones de seguridad.
En los vehículos de hasta nueve plazas, los ocupantes menores de 135 cm (por la seguridad de los niños es recomendable hasta alcanzar los 150 cm de altura) deberán viajar en los asientos traseros con un sistema de retención infantil homologado y adaptado a su talla y peso. «Cuando el niño viaja en un sistema de retención correctamente colocado se reducen un 75 % las muertes y un 90 % las lesiones», informan en la web de la Asociación Española de Pediatría (Aeped).
Viajar mirando hacia atrás (en el sentido inverso a la marcha) es la forma más segura, ya que así, tal y como recuerda la Dirección General de Tráfico (DGT), la fuerza del impacto queda repartida de manera más uniforme por todo el cuerpo del bebé y en el caso del impacto frontal (el más común y más grave) el cuello del niño, que es más débil, estará más protegido. La mayoría de expertos aconsejan esta posición invertida hasta que el niño cumpla dos años. Otros la recomiendan hasta los cuatro. De hecho, en la actualidad hay sillas en sentido opuesto a la marcha hasta los 25 kg.
Respecto a qué hora salir de viaje, la doctora Reyes López de Mesa, especialista en Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra, explica que «siempre es mejor viajar de madrugada o a última hora porque hace menos calor, incluso con aire acondicionado, si da el sol, pasan calor y puede suceder que se mareen más. Salir de viaje de madrugada o a última hora puede facilitar que el bebé se duerma y el viaje sea más cómodo y seguro tanto para el bebé como el conductor».
Ahora bien, aunque el bebé no se despierte, no se recomienda, según informa en su web la Fundación Mapfre, que «los bebés pasen más de una hora y media sentados en su sillita de coche por la conocida como asfixia postural. Es aconsejable detener el viaje y cambiar de postura al bebé para que pueda estirarse». Se evita así el riesgo de bradicardia (cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre rica en oxígeno al cuerpo) y que el menor tenga dificultades para respirar. Y es que el niño tiende a ir en forma de ‘C’, una postura que no es la más adecuada. De ahí la importancia de cambiarle cada hora y media.
Además, «se debe intentar viajar siempre acompañado por si el pequeño llora y distrae al conductor», precisa la doctora.
Una vez en el destino, «es muy importante –prosigue– disponer de los repelentes de mosquitos que hay para todas las edades, así como llevar siempre cremas para picaduras e infecciones y el paracetamol». En este sentido, hay repelentes de mosquitos sin químicos para bebés y también resulta una buena idea echar una mosquitera en la maleta.
En cuanto a las recomendaciones de fotoprotección, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap), recuerda que no es recomendable exponer directamente al sol a los niños antes de los seis meses de edad, ya que tienen menor protección cutánea por tener menor concentración de melanina. De hecho, incluso aunque pongamos al bebé a la sombra, recibirá hasta un 50% de radiación indirecta o reflejada.
El uso de cremas nunca debe ser la única medida. De hecho, la ropa es la forma más útil de fotoprotección. Cuanto más fino y traslúcido es el tejido, más pasa la radiación. Y si su bebé tiene dermatitis atópica recuerde: mejor que el tejido sea 100% algodón, sobre todo si esa prenda se va a mojar, para evitar la irritación. Y retirarla, secar y poner otra lo antes posible.
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