Enfermedad respiratoria

Día Mundial: La vida sedentaria aumenta los casos de asma infantil

Si se trata bien durante la edad pediátrica, de adulto no se tendrá esta patología de forma grave

El asma infantil es una patología crónica muy común entre menores
El asma es una patología crónica muy común entre menoresDREAMSTIMELA RAZÓN

Silbidos al respirar, toses, dificultad para hacer ejercicio u opresión en el pecho son algunos de los síntomas del asma, una patología crónica muy común en niños. En muchas ocasiones, su origen es alérgico y produce un incremento de las secreciones y de la contracción de la musculatura bronquial.

Desafortunadamente, el asma infantil no se puede curar y los síntomas pueden continuar hasta la edad adulta. Pero, con el tratamiento adecuado, se puede evitar que vaya a más.

«El número de asmáticos es variable según la época del año y el lugar de residencia; la población total puede llegar a ser de 3 a 4 millones, y un 10 % corresponde a asma infantil», afirma la doctora Lilián Herrera Velasco, coordinadora de la Unidad de Neumología y Alergia Pediátrica del Hospital Universitario General de Cataluña, en vísperas del Día Mundial del Asma, que se celebra el martes.

Cada vez hay más niños asmáticos por el aumento de los virus y de la contaminación. En los adultos existen los mismos desencadenantes que en los niños sumándose el asma ocupacional. Así, como explica la doctora, «hace cinco años entre un 5 y un 7% de la población tenía asma y ahora se habla de un 10%».

En su día a día esta patología crónica inflamatoria y obstructiva de los bronquios les genera ciertas limitaciones, ya que aumenta el ausentismo escolar, tienen problemas con el sueño y, «en caso de no estar controlada puede limitar la actividad física y deportiva», precisa la doctora.

Ahora bien, al igual que la contaminación, el cambio climático, la exposición al tabaquismo y a alérgenos como mascotas y ácaros influyen en el aumento de casos de asma, «en niños mayores la vida sedentaria, la dieta inadecuada y la disminución de la actividad física influyen en el desarrollo de asma», incide Herrera.

Además, «si hay más padres con asma, con los años habrá más niños genéticamente predispuestos», añade la doctora.

Control de la enfermedad

En todo caso, se puede vivir con normalidad teniendo asma, con un buen control de la enfermedad, pero la curación no es posible, «dado que hay predisposición genética en la mayoría de los casos», recuerda la doctora Herrera.

Pero con un tratamiento adecuado «puede hacer incluso que desaparezcan los síntomas y evitar el asma del adulto», afirma la Dra. María Ángeles García Fernández, especialista del Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Marbella y responsable de la Unidad de Asma Infantil del citado hospital.

Por eso es importante hacer un buen control de la enfermedad, ya que «es verdad que un niño presenta más recaídas que los adultos y puede llegar a un asma grave, pero el futuro depende de la estrecha colaboración del niño con los padres y el equipo médico para que tenga un buen control. Si se trata bien en la edad pediátrica, de adulto no se tendrá un asma grave», incide la doctora Herrera.

En este sentido, el objetivo principal del abordaje del asma es lograr mantener el control de la enfermedad lo antes posible, además de prevenir las exacerbaciones y la obstrucción crónica del flujo aéreo y reducir al máximo la morbimortalidad. Y, como asegura la doctora García, «el control del asma puede alcanzarse en una gran mayoría de pacientes con las medidas adecuadas».

La mejor manera de prevenir los ataques es evitar los factores desencadenantes del asma, tal y como recuerda la doctora García: «En primer lugar, limitar la exposición a los alérgenos e irritantes que desencadenan los síntomas. En segundo lugar, eludir la presencia del niño en espacios donde haya humo de tabaco, dado que es un factor de riesgo para el asma infantil. En tercer lugar, promover la actividad física regular para ayudar a mejorar la función respiratoria. En cuarto lugar, consultar al pediatra ante infecciones respiratorias para evitar así la agravación de su posible asma. Es importante también mantener un peso saludable con una alimentación sana y equilibrada».

Qué hacer en caso de crisis

Todos estos, son entre otros, las formas en que los padres pueden ayudar a prevenir las crisis de asma o disminuir su gravedad. Y, en caso de que se produzca una crisis asmática, la doctora García aconseja «que se actúe con calma. En caso de un episodio de crisis le recomendamos que el adulto tranquilice al niño y lo traslade a un lugar donde haya un ambiente relajado que le ayude a atenuar el estrés».

«Es importante –prosigue– tratar los síntomas tan pronto como sea posible y comenzar la medicación en el domicilio prescrita por el pediatra. Es decir, nunca esperar a ver si se pasa solo».

«Tras dar la medicación y al cabo de una hora, se debe valorar la respuesta que se ha producido al tratamiento y evaluar si es necesario acudir a una consulta médica de urgencia o programada según la evolución del niño», añade.

Los ojos rojos del bebé, ¿un indicativo?

►Pese al temor que muchos padres primerizos pueden tener al ver los ojos rojos de su bebé, las causas por las que un lactante los tiene llorosos son múltiples. Así, según explica la Dra. García Fernández, «puede deberse a una obstrucción del conducto lagrimal, un cuadro infeccioso de vías altas o una infección respiratoria de vías bajas. A esta edad tan temprana, no se puede hacer un diagnóstico de asma, ya que no es preciso. Entre los cinco y seis años de edad el profesional puede determinar el diagnóstico de asma».

La doctora Herrera tampoco pensaría en asma y en todo caso «los pediatras deben valorar los síntomas y la auscultación del niño, ver si notan los ruidos de mucosidad o sibilancias en los bronquios, ya que en los catarros no hay afectación bronquial».