Sector farmacéutico

Madrid albergará un laboratorio de bioseguridad único en el mundo y «made in Spain»

España albergará el primer centro de máxima seguridad con el que contará la industria farmacéutica a nivel mundial

Laboratorio GSK
Laboratorio GSKALBERTO R ROLDÁNLA RAZÓN

España puede presumir de tener un sector farmacéutico referente a nivel europeo, pero también con grandes hitos más allá del viejo continente. Buena prueba de ello es que nuestro país albergará el primer laboratorio de máximo nivel de bioseguridad (BSL-4) con el que contará la industria farmacéutica a nivel mundial. Estará en Madrid y será una realidad a finales de 2024 gracias al impulso de la compañía biofarmacéutica GSK, que lo desarrollará en sus instalaciones del centro de I+D de Salud Global de Tres Cantos (Madrid).

Un laboratorio de bioseguridad es una infraestructura con un entorno diseñado específicamente para trabajar de forma segura con agentes biológicos que pueden representar un riesgo para la salud humana, animal o el medio ambiente. «Estos laboratorios están diseñados para minimizar la exposición y evitar el riesgo de dispersión de patógenos peligrosos. En general, cuentan con características como sistemas de ventilación especiales, controles de acceso estrictos, equipos de protección personal y procedimientos operativos adecuados para garantizar la seguridad tanto de los investigadores como del medio ambiente externo», explica Javier Gamo, director del área de Malaria del Centro de I+D de Salud Global de GSK.

Lo novedoso del nuevo centro reside, precisamente, en que permitirá trabajar en condiciones de bioseguridad con patógenos de nivel 4, es decir, «con agentes biológicos que pueden causar enfermedad grave, se pueden transmitir fácilmente de un individuo a otro, directa o indirectamente, y para los que no existen tratamientos o métodos de prevención, como vacunas, efectivos», detalla Gamo.

En concreto, está previsto que en el nuevo laboratorio BSL-4 «se investigue la eficacia de los nuevos tratamientos que se están desarrollando contra microorganismos que han adquirido resistencias que hacen que los tratamientos actuales no sean eficaces. Por ejemplo, la tuberculosis multirresistente, uno de los grandes desafíos actuales en salud global. Por otro lado, esta instalación servirá como herramienta para afrontar futuras epidemias o pandemias desconocidas en la actualidad, como ocurrió con la Covid-19, para las que, en la actualidad, no existen tratamientos o medidas de prevención eficaces, al ser nuevas», avanza Gamo.

Además de las consideraciones del nivel 3, los laboratorios BSL-4 tienen requisitos de contención más avanzados, como por ejemplo que el personal debe cambiarse de ropa antes de entrar y ducharse al salir; se deben descontaminar todos los materiales antes de salir; no se realiza ningún trabajo ni manipulación de muestras fuera de un aislador que no estén inactivadas; el personal debe usar aisladores en los que la muestra biológica estará siempre contenida o el empleo de cabinas de seguridad biológica de clase III.

El primero del mundo

Gracias a todo ello, el nuevo centro que se está desarrollando en Madrid será el primer laboratorio BSL-4 de una compañía farmacéutica en el mundo, «lo que pone convertirá el centro de I+D de GSK en un referente mundial de los antiinfecciosos, lo que supondrá múltiples oportunidades de colaboración», reconoce Gamo, quien hace hincapié en que «este nuevo laboratorio situará la investigación hecha en España a la vanguardia a nivel internacional».

En este contexto, Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria, insiste en que «la I+D es la razón de ser de la industria farmacéutica, que cada año aumenta su inversión en nuestro país, batiendo su propio récord en 2023, con 1.395 millones de euros, lo que supone el 20% de toda la I+D industrial en España. Gracias a ello nuestro país es un referente en investigación clínica a nivel internacional».

Gracias al desarrollo de un laboratorio así el futuro resulta más halagüeño, ya que «será una herramienta importante para tratar de adelantarnos y cambiar la trayectoria de las enfermedades infecciosas que afectan de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables, siendo un lugar privilegiado dentro del panorama mundial de investigación y uno de los colaboradores de elección para los más prestigiosos proyectos científicos», augura Gamo, quien avanza que aspiran a «tener un impacto positivo en la salud de más de 2.500 millones de personas para finales del año 2030 (incluyendo 1.300 millones de ellas procedentes de países con bajos recursos).