Controversia

La mayoría de los pacientes con síntomas de SIBO no lo padece

El primer consenso médico sobre esta patología desaconseja hacer el test de aliento a personas con signos inespecíficos

Entre el conjunto de síntomas del SIBO están la distensión y dolor abdominal, meteorismo, flatulencia, diarrea o estreñimiento
Entre el conjunto de síntomas del SIBO están la distensión y dolor abdominal, meteorismo, flatulencia, diarrea o estreñimientoDREAMSTIMEDreamstime

El SIBO –acrónimo de sobrecrecimiento bacteriano intestinal en inglés–, se define como la presencia de un excesivo número de bacterias en el intestino delgado que produce un conjunto de síntomas gastrointestinales inespecíficos tales como distensión, dolor abdominal, meteorismo, flatulencia, diarrea o estreñimiento, que suelen ser producto de la fermentación bacteriana de los nutrientes.

Ante el creciente aumento de interés por esta patología tanto por parte de la población en general (convirtiéndose en la enfermedad de moda entre las «influencers»), como de los profesionales médicos por la avalancha de casos en consulta, la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), junto a la Asociación Española de Neurogastroenterología y Motilidad, ha redactado un artículo de posicionamiento sobre el SIBO y su correcto diagnóstico.

Elaborado por los doctores Verónica Martín Domínguez, Carolina Malagelada y Cecilio Santander y publicado en la "Revista Española de Enfermedades Digestivas" (REED), el documento destaca que su diagnóstico requiere una indicación adecuada del test, así como una correcta recogida de muestras con el sustrato adecuado y la interpretación de los resultados por profesionales con formación y experiencia.

«Es importante tener en cuenta que hasta un 20% de sujetos sanos, sin síntomas digestivos, pueden tener una prueba positiva para SIBO –destaca Santander, uno de los autores–, por lo que la rentabilidad diagnóstica del test de aliento para SIBO se obtiene con una adecuada selección de los pacientes con la indicación correcta».

Así, los pacientes con factores de riesgo para desarrollar SIBO son aquellos que han sometidos a cirugías intestinales o enfermedades que alteren la motilidad intestinal, con afectación de su calidad de vida, déficits nutricionales o síntomas graves, por lo que «se debe seleccionar cuidadosamente el método diagnóstico y el sustrato a utilizar», asevera el doctor Santander.

La prueba diagnóstica de referencia para el diagnóstico de SIBO es el cultivo del aspirado yeyunal, sin embargo, es invasiva y costosa, por lo que como método alternativo se emplea el test de aire espirado (TAE). En este sentido, lo recomiendan «con una recogida de muestras con el sustrato adecuado, preferiblemente glucosa», explica Carolina Malagelada, co autora del documento, pero siempre y cuando «los TAE para el diagnóstico de SIBO sean interpretados por personal médico especializado», añade la doctora.

El tratamiento

En cuanto a su tratamiento, este debe basarse «en mejorar el síndrome clínico y no limitarse a negativizar el test de espirado», añade Verónica Martín, otra de los autores del documento, todo esto mediante la identificación de las causas subyacentes y la corrección de las posibles deficiencias nutricionales. Respecto a seguir una dieta baja en carbohidratos fermentables –Fodmap, por sus siglas en inglés– que son aquellos en los alimentos que puede ayudar a controlar sus síntomas, la doctora señala que «pueden mejorar de forma temporal el meteorismo y la distensión», sin embargo, al tratarse de dietas muy restrictivas «se desaconseja su uso en el tratamiento del SIBO», concluye.

El documento ha sido muy bien recibido por los médicos que, en los últimos meses han visto multiplicadas las consultas por supuestos casos de la enfermedad, pero la inespecificidad de los síntomas por una lado, la poca fiabilidad del la prueba diagnóstica por otro, y el tratamiento poco eficaz habían convertido la situación en la tormenta perfecta, motivo por el que reclamaban un posicionamiento de las sociedades científicas al respecto.

«Creo que han hecho un posicionamiento muy racional y razonable basado en la evidencia científica actual y que deja claro varios puntos muy importantes. El primero, que el SIBO es prácticamente inexistente en la población sana, y claramente se posiciona en no realizar el test de aliento en pacientes con síntomas inespecíficos del tubo digestivo. Ese es el punto fundamental. Además, habla de que estos test del aliento son muy poco fiables y que si hay que hacer uno, recomienda mejor con glucosa, que dentro de lo malo, es más fiable. También que solo hay que realizar test de sobrecrecimiento bacteriano en pacientes con factores de riesgo predisponente a padecerlo y recomienda evitar el uso sistemático de antibióticos en trastornos funcionales como el síndrome de intestino irritable», señala Miguel Rodríguez Gandía, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid.