Amenaza

La nueva pandemia que anuncia la OMS

Hay quien sostiene que Tedros Adhanom Ghebreyesus, el súper jefe de la OMS, es gafe

Discurso inaugural del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en el 152º Consejo Ejecutivo de la OMS
Discurso inaugural del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en el 152º Consejo Ejecutivo de la OMSOMSOMS

Hay quien sostiene que Tedros Adhanom Ghebreyesus, el súper jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es gafe, pero yo creo que no. Lo que sucede simplemente es que el hombre tiene mala suerte. Le tocó lidiar con la única pandemia declarada en el mundo moderno y ahora nos está previniendo sobre la llegada de una nueva, según declaró en el foro de la Asamblea Mundial de la Salud.

El riesgo no vendría por la covid sino por patógenos tan peligrosos como el que produce la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, una enfermedad transmitida por garrapatas que mata al 30% de las personas que hospitaliza, o el maldito ébola, letal para la mitad de los infectados, muy prevalente en determinadas zonas de África. También el Marburg, uno de los patógenos más mortíferos que se conocen, con una tasa de letalidad del 88%. La fiebre de Lassa, leve o asintomática en el 80% de los casos, mata entre el 1% y el 3% de las personas infectadas. Es endémica en algunas zonas de África Occidental y está también en el punto de mira de la OMS.

El coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) destacan asimismo en la lista de vigilancia de pandemias. O el virus Nipah, detectado por primera vez en seres humanos en 1998, que provoca una enfermedad similar a la gripe y puede derivar en dificultades respiratorias. Mata a unas tres cuartas partes de los infectados.

La OMS está igualmente preocupada por la fiebre del Valle del Rift, transmitida por animales y que suele aparecer en el África subsahariana, y el zika, otro patógeno que se propaga principalmente por mosquitos, pero más leve.

En fin, que no hay que confiarse lo más mínimo. Dice Tedros, con razón.