Pacientes

El personal de enfermería es clave para reducir el estigma social asociado al VIH

Especialistas involucrados en el abordaje del virus inciden en la importancia de formar a los equipos, y a la sociedad en general, para reducir la discriminación a las personas con VIH, que aún sigue presente en el ambito laboral y social

Examen médico a persona con VIH
Examen médico a persona con VIHFREEPIKFREEPIK

Cuarenta años después de los primeros casos de Sida en España, nuestro país esta muy cerca de conseguir el objetivo 95-95-95, marcado por la OMS para 2030. Este logro establece que, con ese año como límite, los países logren que el 95% de las personas con el virus estén diagnosticadas, en tratamiento antirretroviral y con total supresión viral. Hoy en día, los datos de nuestro país están en el 92,5%, 96,6% y 90,4%, respectivamente.

Sin embargo, los afectados siguen teniendo que afrontar situaciones de discriminación tanto en el ámbito laboral como en el sociosanitario. Respecto a este último, hace unos días este periódico se hacía eco de una de las principales demandas de las personas que conviven con el virus: acceder a tratamientos innovadores- como las terapias CAR-T en cáncer- en igualdad de condiciones que aquellos que no lo tiene.

Parace que el sistema sanitario no está preparado para afrontar los retos que supone el aumento exponencial de la supervivencia de estos pacientes conseguido en los últimos años- de 50-60 años desde el diagnóstico-, lo que les coloca en una situación de inequidad con respecto a la población general.

Una de las claves para mejorar esta problemática es formar a los equipos multidisciplinares de todos los niveles asistenciales, así como apostar por la prevención, la detección y la adherencia a los tratamientos. Así se ha puesto de manifiesto en la jornada "VIH: comorbilidades y estigmas sociales. El rol de la enfermería en el cuidado del paciente", organizada ayer por el Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) del Consejo General de Enfermería (CGE), con la colaboración de Gilead.

Durante el acto se pusó de relieve también la necesidad de acabar con el estigma y la discriminación, que dura ya 40 años. “Fue un tiempo muy complicado porque se aisló y discriminó injustamente a una parte de la población. Las camas de los hospitales, incluso, se marcaban con pegatinas rojas para evitar el contacto con los afectados. Esta reacción de muchos compañeros y compañeras no tiene justificación a día de hoy, pero también fuimos muchos los que dejamos a un lado estos prejuicios para ayudar y cuidar a estos pacientes más allá de lo que se dijese de ellos. Actualmente, las personas con VIH pueden hacer una vida completamente normal y tenemos una labor clave para acabar con la discriminación. Es intolerable que todavía haya problemas en los puestos de trabajo o en los grupos de amigos cuando alguien dice que tiene VIH”, destacó Pilar Fernández, directora de ISFOS.

De la misma forma se expresó Florentino Pérez Raya, presidente del CGE: “No podemos tolerar comportamientos discriminatorios contra estas personas. La evidencia científica demuestra que pueden llevar una vida normal y la sociedad no debe olvidarse de esto. Debemos ser el motor de cambio para construir una sociedad más justa, libre de odios y de discriminación”.

Marisol Neria, gerente de Enfermería de la Consejería de Sanidad de Madrid, presentó la conferencia “40 años de transformación integral de una enfermedad. La asistencia más allá del diagnóstico” y subrayó que “la primera medida para evitar el estigma, disminuir el miedo y cambiar actitudes es combatir la desinformación. Mantener informada a la población general, además de a las personas afectadas, es la medida más efectiva para minimizar los problemas relacionados con el estigma y el autoestigma”.

[[H2:Indetectable = intransmisible]]

Asimismo, Neria detacó la importancia de la revelación pública de personajes famosos, ya que tienen un impacto significativo en la reducción del estigma. “Ver a figuras públicas, exitosas y respetadas prosperar a pesar del diagnóstico, puede transmitir un mensaje de esperanza, fortaleza y ayudar a estas personas”, puntualizó.

Y para esto, consideró también imprescindible conseguir un diagnóstico lo más rápido posible, momento en el que las enfermeras cumplen un servicio esencial. “Con sus intervenciones asistenciales, pero, sobre todo, en el ámbito de la promoción de la salud y prevención, las enfermeras obtienen activamente la información necesaria para tomar decisiones conscientes de cuáles son las personas que deberían realizarse una prueba”.

Esta detección temprana, unida a una buena adherencia al tratamiento, hacen que el virus sea indetectable en el organismo de la persona y, a su vez, intransmisible. “La falta de conocimiento ha llevado a creer que el VIH es una enfermedad que solo afecta a ciertos grupos de personas, así como asociar la transmisión con comportamientos considerados inmorales. En la actualidad contamos con unas tasas de eficacia de los fármacos extraordinarias, pero en los próximos años existirán más opciones como los fármacos de larga duración. También existen enormes avances en la prevención, como es la profilaxis pre-exposición (PrEP), que podrían conseguir que la incidencia se reduzca de forma significativa”, comentó Vicente Estrada, jefe de enfermedades infecciosas del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), en su ponencia “De la crisis a la esperanza: un viaje sobre la evolución de la infección por VIH en los últimos 25 años”.