Animales

El auge de las «farmaveterinarias»

El cambio de normativa y el aumento de hogares con mascota hace crecer este modelo centrado en los animales

Las comerciales veterinarias son establecimientos dedicados solo a productos y medicamentos para animales
Las comerciales veterinarias son establecimientos dedicados solo a productos y medicamentos para animalesDREAMSTIMELA RAZÓN

El considerable aumento experimentado desde la pandemia en el número de hogares con mascota, junto a los cambios normativos en la dispensación de fármacos veterinarios han generado una necesidad creciente en cuanto a los cuidados y tratamientos que los animales de compañía precisan.

Ante esta realidad están empezando a proliferar las llamadas «farmaveterinarias», farmacias especializadas íntegramente en medicamentos para mascotas, que tratan de dar respuesta a esta nueva situación. Porque, polémicas a parte, previamente a la entrada en vigor, el pasado enero, del Real Decreto 666/2023 –que ha restringido la venta de medicamentos por parte de las clínicas veterinarias e impone la obligación de comunicar a través de Presvet (Sistema Informático Central de Control de Prescripciones Veterinarias de Antibióticos) las recetas de antibióticos– lo cierto es que hasta ahora era habitual que los fármacos necesarios para el tratamiento de los animales de compañía fueran proporcionados por las propias clínicas.

Aunque, como comenta Nicolás Amado Fernández, farmacéutico y propietario de una «farmacia veterinaria» en Betanzos, a este tipo de establecimientos dedicados exclusivamente a medicamentos para animales «por ley no se les denomina exactamente ‘‘farmacia veterinaria’’, muchos profesionales del sector, como yo, solemos llamarlas así porque estamos convencidos de que es lo que realmente son: farmacias especializadas en medicamentos de uso veterinario y gestionadas por un farmacéutico responsable».

En España hay tres tipos de establecimientos que pueden dispensar fármacos para animales: las farmacias comunitarias, que lo hacen junto con los de uso humano; las llamadas «comerciales veterinarias», que son establecimientos dedicados únicamente a productos –incluidos medicamentos– para animales y, para las que la normativa exige que cuenten con un farmacéutico responsable y están regulan por las comunidades autónomas (por ejemplo, en Galicia un farmacéutico puede ser garante de hasta 6 centros). Y las entidades o agrupaciones ganaderas, que pueden suministrar medicamentos solo a sus propios socios y también deben contar con un farmacéutico garante.

Farmacias y distribución están ampliando los stocks para responder a la creciente demanda

Pero la realidad a día de hoy es que encontrar medicamentos veterinarios las farmacias – antibióticos, antiparasitarios, antiinflamatorios– es difícil, y lo normal es que se reciban bajo petición, lo que demora los tratamientos.

«Hace un tiempo que, tanto las farmacias españolas como la distribución farmacéutica, están haciendo esfuerzos en tener todo tipo de medicamentos disponibles para los dueños de animales. La adaptación de la industria farmacéutica veterinaria fabricando envases más adecuados a la práctica clínica del veterinario, también está avanzando con rapidez», señala Vicente Jairo Álvarez, presidente de la Asociación de Farmacéuticos Veterinarios (Asfarvet).

También desde la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar) aseguran que se están ampliando los stocks para responder a la creciente demanda de las farmacias. Y, si bien no disponen de datos de cuánto se ha podido incrementar, confirman que desde enero han aumentado los pedidos de este tipo de medicamentos desde las farmacias a las empresas de distribución.

Porque, tras la entrada en vigor de la nueva normativa de medicamentos veterinarios, todos reconocen que ha habido un incremento de solicitudes de los mismos en las oficinas de farmacia. «Los veterinarios clínicos cada vez más, están prescribiendo correctamente los tratamientos necesarios, y emitiendo recetas válidas para poder ser dispensadas como marca la ley por un farmacéutico en una oficina de farmacia o en una comercial veterinaria (farmacia veterinaria)», asegura Álvarez.

Por eso, la valoración respecto a la proliferación de este tipo de establecimientos es positiva: «Siempre y cuando cumplan las obligaciones de las leyes vigentes, nos parece muy bien. Hay cada vez más farmacéuticos especializados en medicina animal que aportan un gran valor a los propios veterinarios y a la población en general», asegura Álvarez.

Coinciden desde la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE), que, además, reconocen que «la demanda de medicamentos veterinarios no ha dejado de crecer, y la nueva normativa europea de medicamentos veterinarios (Reglamento UE 2019/6, en vigor desde enero de 2022) ha reforzado la importancia del control, la trazabilidad y el papel del farmacéutico en la cadena de suministro».

Incluso, van un paso más allá y por ello entienden «que deberían permitirse oficialmente las ‘‘farmacias veterinarias’’ como tal cuando el titular y propietario sea un farmacéutico, dándoles esa denominación específica».