Opinión
Prevención y detección temprana de enfermedades, el camino hacia una sociedad más saludable
Reducir las patologías crónicas disminuye la carga sanitaria, y mejora la productividad de la población y la estabilidad económica
La salud es un recurso invaluable que influye en la calidad de vida de las personas y la sociedad en su conjunto. La prevención en salud y los cribados desempeñan un papel fundamental en la detección temprana y la reducción de enfermedades, permitiendo una intervención oportuna y efectiva para promover el bienestar colectivo y prevenir la carga creciente de patologías en la población.
En las últimas décadas, la carga de enfermedades ha aumentado significativamente en todo el mundo, afectando tanto a países desarrollados como a aquellos en desarrollo. Las patologías crónicas no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, el cáncer y los problemas respiratorios, han emergido como las principales causas de morbilidad y mortalidad en muchas comunidades.
Aunque la ciencia médica ha avanzado considerablemente, el tratamiento de estas enfermedades puede ser costoso y, en muchos casos, solo ofrece soluciones parciales o limitadas. Es aquí donde la prevención en salud y los cribados juegan un papel crucial en la detección temprana y la mitigación del impacto de todas estas enfermedades.
Cuando hablamos de prevención en salud me refiero a un conjunto de medidas y estrategias que tienen como objetivo evitar la aparición de patologías y promover la salud en general. Existen tres niveles de prevención: primaria, secundaria y terciaria.
La prevención primaria se enfoca en evitar la aparición de patologías mediante la promoción de estilos de vida saludables, la vacunación y la reducción de factores de riesgo. Fomentar una dieta equilibrada, el ejercicio regular, el abandono del tabaquismo y el consumo moderado de alcohol son algunos ejemplos de medidas primarias que pueden tener un impacto significativo en la salud pública.
La prevención secundaria implica la detección temprana de patologías mediante la realización de cribados y pruebas médicas en poblaciones aparentemente sanas, pero con factores de riesgo o antecedentes familiares. Estos cribados permiten la identificación temprana de condiciones potencialmente peligrosas, lo que facilita un tratamiento oportuno y mejora el pronóstico.
Por otro lado, la prevención terciaria busca minimizar las complicaciones y el progreso de enfermedades ya establecidas, reduciendo la discapacidad y mejorando la calidad de vida de los pacientes.
Los beneficios de la prevención en salud no solo son individuales, sino también colectivos. Reducir la incidencia de enfermedades crónicas no solo disminuye la carga en los sistemas de salud, sino que también mejora la productividad de la población y la estabilidad económica del país. Este es un motivo más para poner en marcha políticas de consenso y un gran pacto de Estado por la sanidad que incluya el gran reto que nos plantea el envejecimiento de la población y la cronicidad.
Respecto a los cribados, debe de haber un acuerdo nacional en torno a esta herramienta fundamental en la prevención secundaria de enfermedades. Estas pruebas sistemáticas permiten la detección temprana de afecciones específicas, incluso en personas que no presentan síntomas evidentes. Los cribados pueden incluir exámenes de sangre, pruebas genéticas, estudios de imagen y otros métodos de diagnóstico que se aplican a toda la población objetivo o a grupos de riesgo específicos. No puede ser que esto dependa, a veces, de un código postal en nuestro país.
Los cribados tienen el potencial de salvar vidas al identificar enfermedades en sus etapas iniciales, cuando el tratamiento es más efectivo y menos invasivo. Al detectar y tratar afecciones en sus etapas tempranas, se pueden evitar complicaciones graves y costosas, mejorando así la calidad de vida de los pacientes y reduciendo la carga en los sistemas de salud.
Además, los cribados son una estrategia coste-efectiva para la prevención de enfermedades. Aunque pueden requerir una inversión inicial, los beneficios a largo plazo en términos de tratamiento y costos hospitalarios evitados pueden ser significativos.
Independientemente del papel o de la implicación de las administraciones, los profesionales también podemos hacer mucha labor en este campo. Para que la prevención en salud y los cribados sean efectivos, es esencial promover la educación y la sensibilización en la población. Los sistemas de salud y los profesionales sanitarios debemos colaborar para garantizar que la información sobre la prevención y los cribados esté fácilmente disponible y se ofrezca de manera accesible a todos los ciudadanos porque muchas personas desconocen los factores de riesgo y la importancia de las pruebas de detección, lo que lleva a un diagnóstico tardío y, a menudo, a un pronóstico desfavorable.
Resulta imperativo que los gobiernos, los sistemas de salud, los profesionales y la población en general trabajen en conjunto para promover la prevención en salud y hacer que los cribados sean ampliamente accesibles y comprensibles. Al invertir en la prevención, estamos invirtiendo en el bienestar colectivo y sentando las bases para una sociedad más saludable y próspera.
Tomás Cobo es presidente del Consejo General de Médicos de España
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