Salud

Por qué las personas religiosas afrontaron mucho mejor la pandemia de Covid-19

El coronavirus generó una "oportunidad única" para medir el impacto de las religiones en la salud mental, informa Cambridge

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La espiritualidad, cuanto más fuerte, más ayudó a la salud mental en el confinamientoFreepik

Habrá a quien más y a quien menos, pero la pandemia de la Covid-19 y las medidas que se adoptaron a su paso afectaron a todas las personas del mundo. La situación de transmisión ya no es la misma, pero jamás olvidaremos que el virus se cobró 6,7 millones de vidas por todo el globo, según las fuentes oficiales.

Familiares y amigos perecieron; muchos sin poder pronunciar su último adiós. Pero los efectos de la enfermedad persisten. Multitud de pacientes todavía advierten secuelas en forma de Covid persistente. Además, el confinamiento y las medidas sanitarias generaron auténtico estrés mental en la población. Sin embargo, parece que la fe ayudó a las personas a nivel psicológico. Llamen como llamen a su Dios.

"Las personas con cualquier tipo de fe religiosa llevaron mejor la pandemia de la Covid-19 a nivel mental". Es el resultado de un nuevo estudio firmado por investigadores de la prestigiosa Universidad de Cambridge, Inglaterra. Según los hallazgos de su investigación, las personas religiosas pueden haber experimentado niveles más bajos de infelicidad y estrés que las personas seculares durante los confinamientos y bloqueos de Covid-19 en el Reino Unido entre 2020 y 2021.

El nuevo trabajo publicado en la revista European Economic Review sigue la línea de otro estudio de Cambridge que ya sugirió que el empeoramiento de la salud mental después de experimentar la infección por Covid (ya sea personalmente o en personas cercanas) mejoraba por las creencias religiosas. En este caso, se analizó a la población estadounidense durante principios de 2021.

Con ambas investigaciones en la mano, los economistas de la universidad británica sostienen que, en conjunto, estos estudios demuestran que la religión puede actuar como un baluarte contra el aumento de la angustia y la reducción del bienestar en tiempos de crisis, como una emergencia de salud pública mundial.

"Los sesgos de selección dificultan el estudio de los efectos de la religión en el bienestar", afirma el profesor Shaun Larcom, del Departamento de Economía del Territorio de Cambridge y coautor del último estudio. "Las personas pueden volverse religiosas debido a antecedentes familiares, rasgos innatos o para hacer frente a luchas nuevas o ya existentes".

"Sin embargo, la pandemia de Covid-19 fue un acontecimiento extraordinario que afectó a todo el mundo más o menos al mismo tiempo, por lo que pudimos calibrar el impacto de una conmoción negativa en el bienestar de toda la sociedad. Esto nos brindó una oportunidad única para medir si la religión era importante para la forma en que algunas personas afrontan una crisis", añade.

Los creyentes percibieron casi un 30% menos de desdicha

Larcom y sus colegas de Cambridge, la profesora Sriya Iyer y la doctora Po-Wen She, analizaron los datos de una encuesta realizada a 3.884 personas en el Reino Unido durante los dos primeros cierres nacionales, y los compararon con tres oleadas de datos anteriores a la pandemia.

Descubrieron que, si bien los cierres se asociaban a un aumento generalizado de la infelicidad, el incremento medio del sentimiento de desdicha era un 29% menor entre las personas que se describían a sí mismas como pertenecientes a una religión.

Los investigadores también analizaron los datos en función de la "religiosidad". Es decir, según el grado de compromiso de una persona con sus creencias religiosas y la importancia que éstas tienen en su vida. Pues bien, "el estudio sugiere que lo importante a la hora de afrontar una crisis no es sólo ser religioso, sino la intensidad de la religiosidad", afirma Larcom.

De hecho, aquellos para los que la religión supone "una gran diferencia" en sus vidas experimentaron aproximadamente la mitad del aumento de la infelicidad observado en aquellos para los que la religión supone una diferencia mínima o nula.

Poca diferencia entre cristianos o musulmanes

Las personas que se identifican como religiosas en el Reino Unido tienen más probabilidades de presentar ciertas características, como ser mayores y mujeres. El equipo de investigación "controló" estadísticamente estas características para intentar aislar los efectos causados únicamente por la fe. ¿El resultado? Aún así descubrió que la probabilidad de que las personas religiosas sufrieran un aumento de la depresión era aproximadamente un 20% menor que la de las personas no religiosas.

En general, había poca diferencia entre cristianos, musulmanes e hindúes, los seguidores de las tres religiones más importantes del Reino Unido. Sin embargo, el equipo descubrió que el bienestar de algunos grupos religiosos parecía verse más afectado que el de otros cuando se cerraban los lugares de culto durante el primer encierro. "La negación de la asistencia semanal a la comunidad parece haber afectado especialmente a católicos y musulmanes", afirma Larcom.

Para el estudio anterior, del que es autora la profesora Sriya Iyer, los investigadores utilizaron encuestas en línea para investigar las infecciones por Covid-19 entre los encuestados o sus familiares y amigos inmediatos, así como las creencias religiosas y la salud mental. Participaron 5.178 personas de todo Estados Unidos, y los resultados también se publicaron en la revista European Economic Review.

Los hallazgos indican que casi la mitad de los que declararon una infección por Covid-19, ya fuera en ellos mismos o en su red social inmediata, experimentaron una reducción asociada del bienestar. En los casos en que la salud mental disminuía, era alrededor de un 60% peor de media para los no religiosos en comparación con las personas creyentes con niveles típicos de "religiosidad".

Curiosamente, los efectos positivos de la religión no se observaron en las zonas con cierres más estrictos, lo que sugiere que el acceso a lugares de culto podría ser aún más importante en el contexto estadounidense. El estudio también halló un uso significativo de los servicios religiosos en línea, y una asociación un 40% menor entre Covid-19 y la salud mental para quienes los utilizaban.

Según el profesor Iyer, de la Facultad de Económicas de Cambridge, "las creencias religiosas pueden ser utilizadas por algunos como recursos psicológicos que refuercen la autoestima y añadan habilidades de afrontamiento, combinadas con prácticas que proporcionen apoyo social".

"La pandemia nos brindó la oportunidad de recoger más pruebas de ello tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos, dos naciones caracterizadas por una enorme diversidad religiosa", añade Larcom. "Estos estudios muestran una relación entre la religión y niveles más bajos de angustia durante una crisis mundial. Puede ser que la fe religiosa fomente la resiliencia y ayude a las personas a hacer frente a la adversidad al proporcionar esperanza, consuelo y sentido en tiempos tumultuosos", concluye.