Psicología
¿El optimismo es de tontos? La ciencia desmonta la "tiranía de la positividad"
El pensamiento positivo se asocia a menudo con el éxito en la vida, pero un nuevo estudio relaciona esta actitud con peores resultados financieros
Hay un concepto apodado "psicología Disney" que cada vez está más presente en nuestra sociedad. Consiste en practicar el "buenrollismo", en mantener siempre una actitud positiva y estar predispuesto a la alegría, pase lo que pase. El mayor exponente de este optimismo azucarado lo encontramos en la marca Mr. Wonderful, en esas agendas que te anuncian que hoy (y mañana, y pasado...) será un gran día o en esas cuentas de Twitter que te animan a "manifestar" cosas bonitas para tu futuro.
Pues bien, ahora, los detractores de esta corriente podrían marcarse un tanto. Un estudio publicado por la revista científica Personality and Social Psychology Bulletin ha descubierto algo interesante: el optimismo puede ser "cosa de tontos". O, según los resultados de la investigación: el pensamiento positivo puede ser resultado de una baja capacidad cognitiva, especialmente en cuestiones financieras.
Los resultados sorprenden, ya que el pensamiento positivo y el optimismo se asocian a menudo con el éxito en la vida. Sin embargo, este trabajo llevado a cabo por la Universidad de Bath, en el Reino Unido, sugiere que son signos de baja cognición, ya que a menudo conducen a una mala toma de decisiones en el ámbito de las finanzas.
El estudio aporta cifras. De hecho, revela que las personas con mayor capacidad cognitiva tienen un 22% más de probabilidades de ser realistas (pesimistas) en la planificación financiera, con una reducción del optimismo del 34,8% en comparación con las personas de baja capacidad cognitiva.
La investigación explica que el sesgo optimista lleva a las personas a anticipar resultados más positivos de lo que razonablemente deberían esperar en la planificación de negocios, inversiones y otras actividades fiscales. El resultado son pérdidas de fondos, deudas y fracasos empresariales.
Utilizando datos de una encuesta longitudinal anual representativa del Reino Unido, llamada Understanding Society, los autores del estudio analizaron los datos de 36.312 individuos. Los participantes respondieron en múltiples ocasiones a preguntas sobre una amplia gama de temas, como la actividad en el mercado laboral, la dinámica del hogar, así como su personalidad, actitudes y opiniones.
La capacidad cognitiva de los encuestados se basó en mediciones de diversas habilidades cognitivas, como la fluidez verbal, la memoria, el razonamiento numérico y el razonamiento fluido. Así pues, según el estudio, el optimismo puede ser poco más que un efecto secundario del bajo poder cognitivo.
Optimismo excesivo y baja cognición
¿El problema? "Los seres humanos estamos predispuestos por naturaleza a ser optimistas", explica el autor principal del estudio, el Dr. Chris Dawson. Y añade: "Mis resultados indican que la baja capacidad cognitiva conduce a una mayor probabilidad de que se produzcan sesgos autocomplacientes". Es decir, cuando hemos fallado, solemos ser indulgentes con nosotros mismos. "La inteligencia determina la facilidad con la podemos anular esta respuesta cuando hay que tomar decisiones financieras importantes", explica.
Aunque en el estudio no hace distinción entre realismo y pesimismo, Dawson sí los ha distinguidos en entrevistas posteriores. "Los realistas son los que hacen evaluaciones precisas del futuro, y los pesimistas son los que sobrestiman la probabilidad de que ocurran cosas malas", apunta. Por eso, indica que el pesimismo, aunque demostró mayores aciertos en las pruebas, tampoco es bueno.
"Predecir el futuro con exactitud es difícil y, sólo por esta razón, los errores de previsión, tanto optimistas como pesimistas, pueden ser más probables en quienes tienen una capacidad cognitiva baja", afirma el investigador. Con lo cual, tanto el pesimismo como el optimismo pueden nublar la visión que uno tiene de los probables resultados financieros, siendo el primero excesivamente negativo y el segundo excesivamente positivo.
¿Hay lugar para el optimismo? Parece que el positivismo sí tiene utilidad, según el estudio. "El pensamiento positivo puede tener algunos beneficios. A menudo se argumenta que proporciona motivación, puede tener beneficios sociales y puede hacer que las personas se sientan bien consigo mismas", indica el autor.
Cabría pensar que ser optimista puede mantenerte en movimiento, mientras que un pesimismo excesivo podría mantenerte paralizado. Sin embargo, el Dr. Dawson se muestra inflexible: "No es obvio, al menos para mí, que el optimismo sea útil para afrontar los retos emocionales de la vida".
Por eso, enfatiza que "cuando se trata de la toma de decisiones, especialmente las decisiones importantes relacionadas con inversiones y carreras, tener expectativas realistas siempre brindará una mejor toma de decisiones y, por lo tanto, mejores resultados para las personas". El Dr. Dawson añade, incluso, que en un estudio anterior a este demostró que los realistas son más felices que los optimistas y los pesimistas, ya que "es más probable que una perspectiva realista conduzca a un resultado fiscal positivo".
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