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Hito médico

Revierten por primera vez los síntomas del autismo con un medicamento experimental en ratones

Un estudio de Stanford revela que un fármaco para la epilepsia en desarrollo puede actuar sobre la región del cerebro que podría estar detrás de los comportamientos de este trastorno

Ilustración del cerebro con foco en el tálamo, región implicada en el autismo y la epilepsia Freepik

Uno de cada 100 niños en España presenta un trastorno del espectro autista (TEA), según la Confederación Autismo España. Aunque la cifra exacta varía según las fuentes y los métodos de diagnóstico, las asociaciones coinciden en que los casos han aumentado en las últimas décadas, en parte gracias a una mayor detección y visibilidad.

Las personas con autismo presentan síntomas que afectan a la comunicación y el comportamiento, con grados muy diversos de intensidad. Los pacientes suelen presentar una menor interacción social, comportamientos repetitivos, hiperactividad, epilepsia o hipersensibilidad a estímulos sensoriales, como ruidos o ciertas texturas.

Algunos pueden recibir medicación para controlar estos problemas, pero no existe un fármaco específico que trate el autismo en sí. Ahora, un equipo de investigación de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, ha identificado una región específica del cerebro cuya hiperactividad podría estar detrás de algunos comportamientos asociados al trastorno del espectro autista (TEA).

Pero lo más llamativo es que, al inhibir esa región con medicamentos usados contra la epilepsia, los investigadores lograron revertir en ratones varios síntomas parecidos al autismo. Esto sugiere que en el futuro podría desarrollarse un tratamiento farmacológico dirigido a esta diana cerebral, algo que hasta ahora no existe.

Los resultados se publicaron el 20 de agosto en la revista Science Advances.

La diana: el núcleo reticular del tálamo

El estudio se centró en el núcleo reticular del tálamo, una zona que actúa como guardián de la información sensorial entre el tálamo y la corteza cerebral. Aunque los circuitos que conectan ambas estructuras ya se habían relacionado con el autismo en humanos y modelos animales, el papel específico de este núcleo no estaba claro.

Los investigadores registraron la actividad neuronal de esta región en ratones genéticamente modificados para modelar el autismo. Observaron que el núcleo reticular del tálamo mostraba una actividad excesiva cuando los animales se enfrentaban a estímulos como una luz o una ráfaga de aire, e incluso durante las interacciones sociales. Además, se detectaron ráfagas espontáneas de actividad que desencadenaban convulsiones.

Síntomas similares al autismo

Esta hiperactividad se tradujo en comportamientos que recuerdan a los observados en personas con autismo:

  • Mayor susceptibilidad a convulsiones.
  • Hipersensibilidad a estímulos sensoriales.
  • Actividad motora aumentada.
  • Comportamientos repetitivos.
  • Menor interacción social.

Los hallazgos sugieren que la desregulación en esta pequeña región cerebral puede tener un papel central en la aparición de varios síntomas del TEA.

Una conexión con la epilepsia

La epilepsia es mucho más común en personas con autismo que en la población general (30 % frente a 1 %). Sin embargo, los mecanismos que explican esta asociación todavía no se comprenden del todo. El nuevo trabajo aporta una posible respuesta: los procesos cerebrales que subyacen a ambas condiciones podrían solaparse en el núcleo reticular del tálamo.

Con esta idea en mente, los científicos probaron el Z944, un fármaco experimental contra las convulsiones. ¿El resultado? El medicamento logró revertir los déficits de comportamiento en el modelo murino de autismo.

El equipo también aplicó un tratamiento experimental de neuromodulación genética conocido como DREADD (Designer Receptors Exclusively Activated by Designer Drugs). Con este método, las neuronas se modifican para responder a fármacos de diseño específicos, lo que permite controlar su actividad.

Al inhibir de esta manera la hiperactividad en el núcleo reticular del tálamo, los investigadores consiguieron revertir los déficits conductuales en ratones con autismo. Y, de forma inversa, cuando aumentaron artificialmente la actividad en esta región en ratones normales, pudieron inducir comportamientos similares a los del autismo.

Un nuevo objetivo terapéutico

El autor principal del trabajo, el profesor de neurología John Huguenard, y el primer autor, el investigador posdoctoral Sung-Soo Jang, destacan que el núcleo reticular del tálamo emerge como un objetivo terapéutico prometedor para el tratamiento del TEA.

Aunque se trata de un estudio en animales y los resultados no pueden trasladarse de forma inmediata a humanos, la investigación ofrece pistas valiosas sobre los mecanismos cerebrales que dan lugar al autismo y su estrecha relación con la epilepsia.