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Investigación

La perdida de olfato relacionada por la covid puede perdurar durante años

La hiposmia no es un tema menor. Por ejemplo, dificulta detectar riesgos cotidianos como fugas de gas o alimentos en mal estado

La hiposmia empeora la calidad de vida DREAMSTIMEDREAMSTIME

Las secuelas del covid siguen dejando huella en la salud de millones de personas. Un nuevo estudio, el mayor realizado hasta la fecha para investigar el vínculo entre la pérdida de olfato y la infección por coronavirus, con más de 3.500 participantes en Estados Unidos, confirma que esta consecuencia es mucho más frecuente de lo que se creía. Incluso quienes aseguran no haber notado cambios en este sentido podrían estar afectados.

La investigación, publicada en la revista JAMA Network Open y liderada por la iniciativa "Recover" de los Institutos Nacionales de Salud (NHS), utilizó una prueba objetiva de 40 olores para medir la capacidad olfativa de los participantes. Los resultados son claros: el 80% de los que reconocieron haber sufrido una alteración tras la infección por Sars-CoV-2 mostraban déficits en la prueba dos años después, y un 23% de ellos presentaba un deterioro grave o incluso la pérdida total del sentido del olfato, segun informa Ep.

Un dato aún más llamativo fue que dos tercios de quienes no percibieron ningún problema también obtuvieron puntuaciones anormalmente bajas. "Nuestros hallazgos confirman que quienes han pasado la infección pueden tener un riesgo especial de sufrir un olfato debilitado, un problema poco reconocido entre la población general", explica la doctora Leora Horwitz, coautora principal del trabajo y profesora en la Universidad de Nueva York.

Según una investigación con casi 36 millones de pacientes, publicada el año pasado en la revista The Laryngoscope, seis de cada 10 contagiados por el coronavirus tuvieron afectado este sentido. Además, aproximadamente el 25% de los que pasaron la infección nunca han llegado a recuperar por completo su sentido del gusto o el olfato, lo que ha afectado su calidad de vida.

La hiposmia –nombre técnico de la pérdida parcial del olfato– no es un asunto menor. Se asocia a depresión, pérdida de peso, peor calidad de vida y, además, dificulta detectar riesgos cotidianos como fugas de gas o alimentos en mal estado. En el ámbito clínico, se considera tambiñen una señal temprana de enfermedades neurodegenerativas como el párkinson o el alzhéimer.

El estudio también abre la puerta a posibles soluciones. Los expertos exploran terapias como la suplementación con vitamina A o el entrenamiento olfativo, que busca reconfigurar la respuesta cerebral a los olores.