Sociedad
Todos somos responsables
La Responsabilidad Social Corporativa ha llegado para quedarse... y crecer en el control de las empresas públicas y privadas. Algo que algunos interpretan como un encorsetar la libertad de mercado y las iniciativas ciudadanas. O no.
No es algo nuevo. De hecho, tiene una larga historia. El término de Economía Social de Mercado (ESM) proviene de las ideas desarrolladas por Alfred Müller-Armack en 1946, en su obra Dirección económica y economía de mercado. Definió Economía Social de Mercado como la «combinación del principio de la libertad de mercado con el principio de la equidad social». Después de aquello, distintos movimientos políticos han intentado subir a su carro ideológico lo que –muchos– hoy conocen por Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Tras estas palabras subyace algo tan asumible por casi todos como la libertad económica y la justicia social. Ambas de la mano. Lo cierto es que España ha pisado el acelerador para mantener los estándares de una cierta Responsabilidad Social, al menos las empresas presentes en el IBEX35. El 98% de estas grandes compañías así lo afirman. El 90% de ellas disponen de prácticas concretas con empleados, (94%), cuestiones sociales (91%) y medio ambiente (94%). Otra cosa es cómo se implementen y en cuánto alcanzan a sus empleados. Se abre paso que la responsabilidad social corporativa «puntuará» para lograr contratos públicos. En todo el mundo. También en un país como el nuestro tan abierto a nuevas iniciativas. España ha escalado posiciones en el ranking mundial, pasando de la posición 30 en 2016 a la 25 en 2018. Una puntuación que implica un nivel de cumplimiento superior a la media global, que está en el 16%. De entre los objetivos de Desarrollo Sostenible, España muestra una tendencia positiva en cinco de ellos: salud, igualdad de género, gestión del agua, energías y acción climática. De alguna manera, la responsabilidad social corporativa es una reinterpretación de la antiguamente llamada ética de/en los negocios con nuevas visiones y perspectivas. Es tratar a los demás como te gustaría que te tratasen. Atrás parecen quedar los tiempos del capitalismo salvaje. Para algunos es otra manera de socializar la producción, de que cierto comunismo se imponga... Desde la caída del muro de Berlín la izquierda busca nuevas maneras de socavar la libertad de mercado. La RSC sería otra manera –dicen–, de encorsetar ese liberalismo creador de riqueza.
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