Alimentación

Cómo una dieta vegana puede afectar a tu inteligencia

Los nutricionistas alertan de que carece de nutrientes cerebrales esenciales que podrían mermar nuestra capacidad de pensamiento.

La ciencia debate sobre si es bueno o no que los niños sigan una dieta vegana
La ciencia debate sobre si es bueno o no que los niños sigan una dieta veganalarazonPixabay

Hoy en día, y sobre todo en países occidentales, ha aumentado considerablemente la gente que se adhiere a una dieta vegetariana o vegana por motivos de salud o causas animalistas. De acuerdo con la BBC, en las últimas estadísticas hay más de 375 millones de vegetarianos en el planeta. Esta dieta se muestra como una dieta equilibrada y saludable, sin embargo, genera una gran controversia en el mundo de la nutrición por los posibles déficit de algunos nutrientes.

En primer lugar, la dieta vegana abarca lógicamente una menor variedad de alimentos. Por ello, es necesaria una planificación más cuidada de todas las comidas para poder abarcar todos los nutrientes necesarios para el organismo. Al no haber aporte de origen animal, no hay una fuente de vitamina B12, esencial para el cuerpo. y además algunos otros nutrientes pueden estar comprometidos o ingerirse en cantidad insuficiente en este tipo de dieta. Ejemplos como el calcio, la vitamina D, los ácidos grasos esenciales del pescado, o el hierro.

“Una dieta vegana podría reducir tu inteligencia. Los nutrientes de interés incluyen: creatina, carnosina, taurina, omega 3, hierro hemo, B12, D3, B6, selenio, ácido fólico y colina. Deficiencias especialmente preocupantes para el desarrollo del cerebro”, ha escrito en un “tuit” el doctor Paul Mason, experto en nutrición y medicina deportiva.

¿La carne nos hizo humanos?

Al margen de estas carencias, los expertos en nutrición se plantean ahora otra cuestión que puede poner en entredicho la idoneidad de esta alimentación cada día más en auge: ¿Podría esta deficiencia afectar la capacidad de pensar?

Los antropólogos han estado discutiendo acerca de lo que comieron nuestros antepasados durante décadas y algunos estudios señalan incluso que el consumo de carne es lo que nos hizo humanos.

Una razón de esta teoría es que la inteligencia hay que “alimentarla”: el cerebro devora alrededor del 20% de nuestras calorías diarias, aunque solo representa el 2% de nuestro peso corporal. Y qué mejor manera de encontrar la enorme variedad de grasas, aminoácidos, vitaminas y minerales que estos órganos requieren que comiendo animales, que ya incluyen estos nutrientes.

En 2016, la Sociedad Alemana de Nutrición llegó a afirmar categóricamente que, para niños, mujeres embarazadas o lactantes y adolescentes, no se recomiendan las dietas veganas, lo que ha sido respaldado por una revisión de la investigación realizada en 2018. En Bélgica, forzar a tus hijos a comer una dieta vegana puede llevarte a pasar tiempo en prisión.

Pero, ¿Realmente daña nuestro intelecto? La única investigación se llevó a cabo en 555 escolares en Kenia, que fueron alimentados con tres tipos diferentes de sopa -con carne, con leche o con aceite- o no recibieron sopa, durante siete períodos escolares. Fueron examinados antes y después, para ver cómo evolucionaba su inteligencia.

Mejor razonamiento y habilidad aritmética

Según esta investigación, los niños que recibieron la sopa que contenía carne cada día parecían tener una ventaja significativa. Al final del estudio, superaron a todos los demás niños en una prueba de razonamiento no verbal.

Junto con los niños que recibieron sopa con aceite, también fueron los mejores en una prueba de habilidad aritmética.

Este estudio, pese a no ser concluyente plantea algunas incógnitas sobre si el el veganismo podría estar frenando el desarrollo mental de algunas personas.

En lo que si parecen coincidir los expertos es en que hay nutrientes cerebrales importantes que simplemente no existen en plantas u hongos.

La creatina, carnosina, taurina, EPA y DHA omega-3 (el tercer tipo se puede encontrar en las plantas), el hierro hemo y las vitaminas B12 y D3 generalmente solo se encuentran naturalmente en alimentos derivados de productos animales. Otros se encuentran en alimentos veganos, pero solo en pequeñas cantidades.

¿Una dieta para inteligentes?

Sorprendentemente, otro estudio realizado en Reino Unido concluye que “cuanto mayor es el coeficiente intelectual, mayores son las probabilidades de ser vegetariano”.

Este trabajo fue publicado en el British Medical Journal. En dicha investigación realizada 20 años después de llevar a cabo las primeras pruebas de CI en niños, 366 de los participantes afirmaron ser vegetarianos, aunque más de 100 dijeron que aún comían pollo o pescado.

Los hombres vegetarianos obtuvieron una puntuación de 106 de CI, comparado con el 101 de los no vegetarianos, mientras que las mujeres vegetarianas puntuaban un promedio de 104 frente a un 99 de las no vegetarianas. Y no había diferencias significativas entre los que seguían una dieta vegetariana a raja tabla y los que declaraban comer algo de pollo o pescado.

Por lo tanto, los adultos vegetarianos obtuvieron de promedio, 5 putos de Coeficiente Intelectual (CI) más que los que no lo eran.

En definitiva, el “boom” de vegetarianos, veganos, crudiveganos... genera numerosas dudas médicas y por ello la opción de la dieta flexitariana, basada en el equilibrio, logra cada día más adeptos.