Coronavirus
Un médico de “Pandemia” crea una “pre-vacuna” contra el coronavirus
Ha logrado generar anticuerpos que evitan que el patógeno infecte nuevas células
Mucho se ha hablado durante las últimas semanas de la serie “Pandemia” y de los expertos que advertían hace tiempo que un patógeno como el coronavirus no tardaría en llegar y que causaría estragos en todo el mundo. Precisamente uno de los expertos que participaron en la producción de Netflix, el virólogo norteamericano Jacob Glanville puede ser uno de los nombres importantes en la lucha contra el COVID-19.
Según ha anunciado el propio Glanville, ha logrado una especie de vacuna a corto plazo contra el coronavirus, una terapia basada en anticuerpos que en 2002 logró unirse al virus del SARS para bloquearlo y neutralizarlo. Glanville, director de la compañía de biotecnología Distributed Bio, ha trabajado con estos anticuerpos en el laboratorio, han provocado numerosas mutaciones y entre ellas, ha localizado cinco versiones que logran bloquear y detener el avance del virus. Así lo explicó el virólogo en una entrevista a Radio Nueva Zelanda, en la que indicó que los “nuevos anticuerpos se adhieren al lugar que usa en virus para entrar en las células y loquean el paso”.
Tanto el SARS como el coronavirus usan una especie de lanzas que gracias a una proteína logran abrir la puerta de la célula humana, entrar en ella y contagiarla. Si se logra desactivar este mecanismo, el virus pierde su capacidad de infección.
El medicamento con estos anticuerpos ha sido enviado al Instituto de investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército de EE UU, que lo aplicará directamente contra el virus en un laboratorio para demostrar si funciona, tal y como informa “FOX News”.
Durante las nueve semanas de trabajo han logrado este gran avance, pero todavía hay que esperar a que llegue la vacuna definitiva. Según explicó Glanville, su fármaco es una especie de “vacuna a corto plazo” que “funciona de inmediato”. Así, explica “20 minutos después de inyectarlo a un paciente infectado con el COVID-19, su cuerpo estará inundado de anticuerpos, que rodearán y se adherirán al virus de tal manera que impedirán que siga produciendo infección”
El único pero de este avance es que sus efectos no son los de una vacuna convencional y sólo protegerán de la infección durante un periodo de 8 a 10 semanas, suficientes para evitar muchos cientos de miles de muertes, pero que no supone una cura definitiva.
Si todo transcurre con normalidad, los ensayos con humanos podrían comenzar en agosto y el lanzamiento del compuesto estaría listo en septiembre para un uso compasivo. Es decir, para tratar a los pacientes que no formen parte de ensayos clínicos, algo que ya ocurrió cuando se estaba trabajando en la cura del ébola.
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