Informe

En torno a 2,6 millones de niños nacen muertos cada año en el mundo

Cada día 7.300 bebés mueren antes de nacer. La gran mayoría de estos fallecimientos se originan en los países de bajos y medios ingresos

DDHH.- Los avances en la eliminación de muertes evitables de niños, en peligro por la COVID-19
Un bebé en Costa de MarfillarazonUNICEF/FRANK DEJONG

Según un informe de la Alianza para la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño, junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en torno a 2,6 millones de niños nacen muertos cada año en el mundo. El documento estudia los llamados partos muertos, que son considerados los que se producen en el tercer trimestre del embarazo. En palabras de los expertos, los bebés que llegan al mundo sin vida suponen para los padres “una auténtica tragedia y un inmenso impacto emocional por tratarse de la etapa final de la gestación, en la que los progenitores están más ilusionados con la inminente llegada de su hijo y dedican parte de su tiempo a los preparativos para el nacimiento”.

Sin embargo, el informe, publicado en la revista científica The Lancet y realizado sobre una muestra de 193 países de todo el mundo, sostiene que no hay golpe que afecte tanto a la familia y que, por el contrario, resulte del todo invisible para el resto de la sociedad. Las cifras revelan que cada día 7.300 bebés mueren antes de nacer mundialmente y, como es previsible, la gran mayoría de estos fallecimientos se originan en los países de bajos y medios ingresos.

En virtud del doctor Andrés de Francisco, coordinador de estrategias para la Alianza para la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño, se considera un parto muerto cuando este se produce a partir de la 22 semana de embarazo, si bien a veces se ignora, si hay un buen control de la gestación, por lo que se basaba en un niño que nace y no respira. Las principales causas de este triste hecho durante el embarazo son infecciones de la madre, trastornos maternos como hipertensión y preemclapsia (daño hepático y/o renal), retraso en el crecimiento fetal y anomalías congénitas.

Los especialistas insisten en que en el llamado Primer Mundo el fenómeno se reduce desde que existe un protocolo estricto del control del embarazo mediante controles analíticos, ecografías periódicas y, en su caso, análisis genético. Yendo más allá, tanto la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) como la Sociedad Internacional de Ginecología y Obstetricia (SIGO) aconsejan la consulta pregestacional, es decir, desde que se desea tener un hijo, “la primera y más importante acción preventiva, que debe seguir completándose a lo largo de toda la gestación, según las indicaciones del médico”.