Salud
Todo lo que sabemos de la vacuna Astrazeneca
Según dos medios alemanes, la vacuna británica contra la Covid-19 no sería efectiva en mayores de 65 años
La vacuna contra el coronavirus desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford está en el ojo del huracán. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) anunció este martes que tiene pocos datos sobre la eficacia de la vacuna en la población mayor. “Los estudios que se han incluido en el dossier hasta ahora tienen una cantidad muy pequeña de la población mayor”, dijo la directora ejecutiva de la agencia, Emer Cooke, en una comparecencia ante el Parlamento Europeo.
AstraZeneca solicitó a la EMA la autorización para poder comercializar su vacuna en la Unión Europea el 11 de enero y los científicos de la agencia están estudiando ahora qué significan estos datos en relación a la población estudiada y qué se puede esperar respecto a la población que aún no se ha estudiado.
Además, el laboratorio británico ha anunciado retrasos en las entregas y se sospecha que pudiera estar revendiendo las dosis comprometidas con Europa a terceros países. Durante su comparecencia, Cooke mostró su “frustración” por el anuncio de la farmacéutica británica de que enviará menos dosis de las pactadas, incumpliendo así lo firmado.
Precisamente, la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula Von der Leyen, exigió ayer a las compañías que cumplan con sus contratos, porque “Europa ha invertido miles de millones para ayudar a desarrollar las primeras vacunas del mundo contra la Covid”.
Pero el problema no acaba aquí. El lunes por la noche, dos diarios alemanes Bild y el económico Handelsblatt publicaban que el gobierno alemán dudaba de la eficacia de la vacuna de Oxford en personas mayores de 65 años. Según el Handelsblatt, esas mismas fuentes habían asegurado que la eficacia se desplomaba hasta el 8% en esa franja de edad. La compañía se apresuró a desmentir las informaciones y en una declaración institucional afirmó que “las informaciones son totalmente falsas”.
El ministro de Salud alemán, Jens Spahn, calificó las informaciones en la prensa como “especulación” y se negó a hacer más comentarios al respecto. Posteriormente, el Ministerio de Salud de ese país, explicó que probablemente se trata de un error en la información.
“A primera vista parece que se han confundido dos cosas en los informes”, informó el ministerio. “Alrededor del 8% de los participantes en los ensayos de eficacia de AstraZeneca tenían entre 56 y 69 años, y solo entre el 3% y el 4% eran mayores de 70 años. Esto no da lugar a una eficacia de solamente un 8% entre los mayores”, aclaró.
La vacuna de AstraZeneca, denominada ChAdOx1, usa un virus vector, que es una versión atenuada de un adenovirus de chimpancé -resfriado común- que ha sido genéticamente modificado para impedir su replicación en humanos. También el virus se ha transformado para que exprese la proteína Spike del SARS-CoV-2.
Su conservación es más sencilla que las de Moderna y Pfizer/BioNtech: esta puede almacenarse a temperatura de refrigerador, entre 2 y 8 grados centígrados. Las candidatas de sus competidores estadounidenses necesitan temperaturas bajo cero para mantener el compuesto durante varios meses, aunque la de Pfizer lo tiene, en este caso, más difícil: su conservación a largo plazo precisa de una cadena de frío extrema, de entre -70 y -80 grados. La de Moderna, sin embargo, podría aguantar 30 días a entre 2 y 8 grados y seis meses a -20 grados. Esto facilita una vacunación a gran escala.
En los precios también hay diferencias. La más barata es la de Oxford (unos 3 euros por dosis), seguida de la de Pfizer (unos 16 euros la unidad) y la de Moderna (unos 20/30 euros).
Fue elaborada por el grupo británico AstraZeneca junto a la universidad de Oxford. Es la segunda vacuna aprobada por la MHRA, tras la de Pfizer/BioNTech distribuida en el Reino Unido desde el 8 de diciembre.
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