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Vacunas

Estados Unidos también cuestiona la eficacia de AstraZeneca

El Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, que dirige el doctor Fauci, cree que la farmacéutica británica ha usado «información obsoleta que puede haber dado una visión incompleta de los datos»

El doctor Anthony Fauci dirige el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas Susan Walsh

A la vacuna de AstraZeneca también le surgen problemas más allá de la Unión Europea. Quizá el más devastador haya sido un comunicado del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, que dirige el doctor Anthony Fauci. Pone seriamente en cuestión un estudio de la compañía, que cifraba la eficacia del fármaco para prevenir la enfermedad acompañada de síntomas en un 79% con mayores de 65 años. También cifraba en un 100% la capacidad para evitar los cuadros más graves de la Covid-19.

Ahora la agencia estadounidense discute sus datos. Estima que AstraZeneca puede haber tomado en consideración cifras pasadas de fecha. Concretamente, podría haber usado «información obsoleta, que puede haber proporcionado una visión incompleta de los datos de eficacia». Las autoridades sanitarias de EE UU, que todavía no han aprobado el uso de la vacuna en su país, instan a la compañía a «revisar los datos de eficacia y actualizarlos lo antes posible». Añadió que «la autorización y las pautas para el uso de la vacuna en los Estados Unidos serán determinadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades después de una revisión exhaustiva de los datos por comités asesores independientes».

En Estados Unidos ya han sido aprobadas las vacunas de Moderna, con un grado de eficacia frente a la enfermedad del 94,1%; Pfizer-BioNTech, que presenta unos números del 95%; y la última, Johnson & Johnson, con un 72%, que desciende al 64% frente a la variante sudafricana del virus y, al mismo tiempo, brinda una protección frente a las formas más agudas de la enfermedad del 82% para la variante sudafricana y del 86% para las otras presentes en Estados Unidos.

La vacuna de Johnson & Johnson –de su filial Janssen, que no distribuirá en España hasta finales de abril– no requiere ser conservada a las bajísimas temperaturas que sí exigen las revolucionarias vacunas de Arn mensajero y además sólo necesita una dosis, frente a las dos, espaciadas varias semanas, de Moderna y Pfizer. Esto ha permitido fortalecer enormemente la campaña de vacunación, que avanza mucho más rápido de lo que proyectaba la Casa Blanca hace apenas un mes.

Según datos de la revista «Bloomberg» en EE UU se han administrado ya 128 millones de dosis, 2,5 millones de media durante los últimos 7 días. A este ritmo serán necesarios otros 5 meses para alcanzar el 75% de la población vacunada, la cifra mágica a partir de la cual puede comenzar a hablarse de inmunidad de grupo. Hasta el momento ha recibido al menos una dosis el 19,7% de la población. El 25,3% ha recibido una dosis y el 13,7% ya está completamente vacunada. La buena marcha de las cifras ha permitido al gobierno asegurar que los objetivos podrán cumplirse mucho antes de lo esperado.

De hecho el presidente, Joe Biden, ya dijo hace días que espera que la vacuna esté disponible para todos los ciudadanos, con independencia de su edad, a partir del 1 mayo. Varios estados han iniciado ya la vacunación universal y en ciudades como Nueva York, desde ayer pueden vacunarse las personas de más de 50 años. La campaña incluye acuerdos con las principales cadenas de farmacias de EE UU para que la vacuna pueda ser administrada más allá de los hospitales, incluso se han habilitado estadios deportivos por todo el país.

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