Sábado Santo

«La pandemia nos invita a empezar de nuevo»

En la Vigilia Pascual, el Papa Francisco recuerda que «de los restos arruinados de nuestra humanidad Dios prepara una nueva historia»

Celebración de la Vigilia Pascual
Celebración de la Vigilia PascualREMO CASILLI / POOLEFE

El Vaticano siempre supo jugar con las imágenes. Si la noche anterior, un camino de velas llevaba hasta el centro de la plaza de San Pedro, donde el Papa recordaba el Vía Crucis junto a un grupo de niños que recordaban algunas penurias de su edad, ayer fue el turno de ver el corazón del cristianismo en penumbra. La basílica de San Pedro se apaga durante cada Sábado Santo para poder iluminarse con el rito del fuego que se celebra en el Altar de la Confesión. Y una vez se hizo la luz, Francisco pasó a presidir la liturgia en la que celebró la tradicional misa de la Vigilia Pascual.

Su homilía estuvo centrada en las mujeres que acudían a Galilea para adorar la tumba de Jesucristo. Pero, como en la Ítaca del poeta, Francisco recordó que esa Galilea no es un fin, sino un medio. La metáfora sirvió para explicar que «en estos meses oscuros de pandemia oímos al Señor resucitado que nos invita a empezar de nuevo, a no perder nunca la esperanza. Incluso de los escombros de nuestro corazón Dios puede construir una obra de arte, aún de los restos arruinados de nuestra humanidad Dios prepara una nueva historia», fue su primera lección. En la segunda animó a disfrutar del viaje. Expresó que al igual que la tumba de Cristo descubrió algo más que unos restos mortales, «la fe, para que esté viva, debe ponerse de nuevo en camino. La fe no es un repertorio del pasado, Jesús no es un personaje obsoleto. Él está vivo, aquí y ahora», pronunció el Papa.

El último de los símbolos mostró Tierra Santa como una si fuese una frontera. «Fue desde allí que Jesús comenzó su misión, dirigiendo su anuncio a los que bregan por la vida de cada día, a los excluidos, a los frágiles, a los pobres», afirmó.

Bergoglio pidió acordarse de ellos y concluyó con un mensaje de esperanza: «Hermano, hermana, si en esta noche tu corazón atraviesa una hora oscura, un día que aún no ha amanecido, una luz sepultada, un sueño destrozado, abre tu corazón con asombro al anuncio de la Pascua».