Sintecho

Olvidados por la vacunación

Mendigos, sin techo, inmigrantes ilegales... hasta 450.000 personas en situación administrativa irregular se encuentran en España en un limbo legal sobre si podrán vacunarse o no. Y con qué consecuencias.

Imagen de archivo de un indigente durmiendo en las calles de Barcelona
Imagen de archivo de un indigente durmiendo en las calles de BarcelonaLa Razón

La Estrategia Nacional frente a la covid-19 del Ministerio de Sanidad consagra, según los principios de equidad y universalidad de la Ley General de Sanidad de 1986, que todos los españoles y sus residentes podrán acceder a la vacunación frente a las infecciones. Sin embargo, son las comunidades autónomas las que tienen competencia para esta materia y aquí la realidad es muy diferente. ¿Qué pasa con los mendigos, con los sintecho, con los inmigrantes ilegales que viven de contratos «en negro» o de ser vendedores «top manta», cuando la mayoría de ellos están indocumentados y no poseen tarjeta sanitaria?

En la comunidad de Madrid se exige 90 días como mínimo de empadronamiento; la de Castilla y León pide un DNI o NIE como documento obligatorio y la de Asturias ha remitido una notificación a todos sus centros de salud para dar de alta y enviar información a las unidades de vacunación sobre estas personas a las que se pide un documento identificativo… y así hasta 17 variaciones correspondientes a las distintas comunidades autónomas. Sin embargo, por ejemplo, Galicia ha habilitado un servicio telefónico para que todos los «invisibles» puedan informarse y acceder a la vacunación según el grupo de edad. Y en Asturias o Aragón han dado orden a los centros de salud de incluir a las personas sin tarjeta sanitaria en listas para ser vacunados. Castilla-La Mancha y Castilla y León han indicado a las ONG que den los nombres de estas personas para ser llamadas a la inmunización. Algo similar en la Comunidad Valenciana, donde estos sintecho pueden acudir a los centros de salud o a las ONG.

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid explicó a LA RAZÓN que todavía no se tenía muy claro cómo se iba a proceder con ese grupo de población marginal, pero que se suponía que los Servicios Sociales, que solían dar muy buena cobertura a quienes duermen en la calle y/o piden limosna, les informarían adecuadamente para no dejarles fuera de cobertura. «Otro problema son quienes no tienen papeles, que no suelen acudir a la sanidad por temor a ser repatriados al conocerse su situación, y no es así jamás», añadió.

Este es precisamente el caso del mantero Mohamed H., ugandés de 38 años y sin papeles, que tiene miedo a ir a vacunarse por que le devuelvan a su país: «Yo sí me vacunaría porque en las condiciones en que vivo con mis colegas me da mucho miedo coger la covid. Pero estoy seguro de que así me fichan y me echan de España y aquí, aunque malamente, vivo muchísimo mejor que de donde soy, que es un horror».

El Gobierno estima que diez millones de personas viven en España por debajo del umbral de pobreza, hecho inadmisible en un país que lleva ya tantos años en la Unión Europea (UE). Y la Estrategia Estatal de Personal sin Hogar calcula, según una cifra que corresponde a 2012, más 33.000 personas viven en la calle en todo el país, entendiendo que no acuden voluntariamente a dormir a ningún centro y sufren unos grados de exclusión muy elevados.

Pablo R. J. es un español de 50 años que mendiga en el barrio madrileño de Salamanca y duerme en un «discreto callejón» de Chamberí. Destila amabilidad con palabras muy cuidadas. Responde a todas las preguntas, pero el dolor le gana al aludir cómo llegó a esta situación. Balbucea, no sabe qué decir (o no quiere) y solo se le oye una especie de lamento: «¡La vida!» No tiene familia ni amigos. Pero en seguida se repone y explica con alegría: «El barrio de Chamberí me ha acogido... No tengo palabras para expresarlo. Las tiendas de alimentación me dan tanta comida que hasta me sobra, en un piso de al lado unas estudiantes me dejan ir a ducharme tres veces a la semana y el móvil me lo cargan en el bar de ahí enfrente. Todos se han volcado. Yo tengo la tarjeta sanitaria y me vacunaré, por supuesto, si me avisan los Servicios Sociales», cuenta agradecido. Le hablamos de la iglesia y organización del padre Ángel, que está próxima, y de la que no tiene conocimiento, y acoge feliz la información.

Una buena noticia para Pablo y otros sin techo de Madrid es que el martes los seis centros municipales comenzarán a inocularlos con el preparado de Janssen, que solo necesita una dosis. El área de Bienestar Social del Ayuntamiento había reclamado a las autoridades sanitarias que se incluyera al grupo de personas sin hogar dentro de la estrategia de vacunación por ser un colectivo «especialmente vulnerable». Esta actuación será seguida por otros municipios de toda España.

Sin acceso a sanidad

El informe más reciente de finales del año 2019, elaborado por Fundación por Causa, en colaboración con la Universidad pública Carlos III de Madrid, hablaba de entre 370.000 y 450.000 personas en situación administrativa irregular.

Médicos del Mundo trabaja en 14 comunidades autónomas y están muy concienciados de que la vacunación frente a la covid llegue a este colectivo marginal, en donde incluyen además a personas que han venido a España por reagrupamiento familiar con documentación en regla, pero sin acceso a la sanidad.

¿Cómo es la situación en los países de nuestro entorno comunitario? En virtud del documento publicado por la Plataforma para la Cooperación Internacional sobre Migrantes Indocumentados, solo en Europa tanto Holanda como España aluden textualmente en su estrategia de vacunación a las personas en situación irregular. Portugal ha establecido una plataforma virtual en la que pueden registrarse los indocumentados para acceder a la vacuna. Francia ha anunciado explícitamente que todas las personas accederán sin necesidad de documentación. Fuera de la UE, Reino Unido se ha expresado en los mismos términos e igualmente Estados Unidos. Sin embargo, los afectados temen que sea un modo de control para ser expulsados a sus respectivos países de origen.