Vaticano

El Papa redime al cardenal alemán “corresponsable” de los abusos

Francisco no acepta la dimisión de Marx y revalida su confianza en él

El cardenal Reinhard Marx
El cardenal Reinhard MarxDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

La semana pasada, el cardenal alemán Reinhard Marx, uno de los grandes guías de la Iglesia en Occidente, provocó un nuevo estrépito. Con una sorprendente carta anunció su renuncia ante el Papa como arzobispo de Múnich y Freising. Se declaraba “corresponsable” de los cientos de abusos descubiertos en la Iglesia alemana, especialmente en Colonia, durante las últimas cuatro décadas. Marx no estaba implicado directamente en ningún caso, pero denunciaba que la institución se encuentra en medio de una “crisis sistémica” y prefería asumir responsabilidades después de haber sido presidente de la Conferencia Episcopal de su país. Su dimisión había quedado congelada, a la espera de la respuesta de Francisco. Y ahora el Pontífice responde de la misma manera, con una misiva, en la que da su veredicto: negativo.

Bergoglio explica los motivos de su rechazo con un tono muy personal, de tú a tú. “Ésta es mi respuesta, querido hermano. Continúa como lo propones pero como arzobispo de Múnich y Freising. Y si te viene la tentación de pensar que, al confirmar tu misión y al no aceptar tu dimisión, este Obispo de Roma (hermano tuyo que te quiere) no te comprende, pensá en lo que sintió Pedro delante del Señor cuando, a su modo, le presentó la renuncia: ‘apártate de mi que soy un pecador’, y escuchá la respuesta: ‘pastorea a mis ovejas’”, escribió el Papa argentino, en su lenguaje más genuino.

Francisco acepta el diagnóstico de Marx, pero no su solución. Es decir, asume el gigantesco problema de la pederastia en el seno de la Iglesia, pero cree que no es momento de apartarse, sino de dar la cara. “Me decís que estás atravesando un momento de crisis, y no sólo vos sino también la Iglesia en Alemania lo está viviendo. Toda la Iglesia está en crisis a causa del asunto de los abusos; más aún, la Iglesia hoy no puede dar un paso adelante sin asumir esta crisis”, analiza Bergoglio. Sin embargo, según él, “la política del avestruz no lleva a nada y la crisis tiene que ser asumida desde nuestra fe pascual”.

En la primera carta de Marx se podía leer entre líneas una crítica al Vaticano, ya que condenaba “limitarse a centrar la responsabilidad en los errores del Derecho canónico o las carencias de control de estos hechos”, justo después de que el Papa reformara las leyes vaticanas para introducir el delito de pederastia y combatir así estos hechos de modo más eficaz. Francisco no hace referencia directamente a estas palabras, pero sí que ofrece una respuesta a la invitación para realizar un cambio integral. “Se nos pide una reforma, que en este caso no consiste en palabras sino en actitudes que tengan el coraje de ponerse en crisis, de asumir la realidad sea cual sea la consecuencia. Y toda reforma comienza por sí mismo. La reforma en la Iglesia la han hecho hombres y mujeres que no tuvieron miedo de entrar en crisis y dejarse reformar a sí mismos por el Señor”, prosigue el Pontífice.

El cardenal alemán, considerado una de las figuras más prominentes del ala reformista, abrió con su renuncia una brecha frente al Vaticano. Líder del llamado “Camino sinodal alemán”, que propone una serie de reformas sociales contrarias al

dogma de la Iglesia, asumía de esta forma una posición de autoridad moral contra los abusos. Francisco acepta el reto, se muestra dispuesto a afrontar un debate espinoso, pero recuerda que el guía en esta y otras misiones está en Roma y no en Alemania. “Estoy de acuerdo contigo en calificar de catástrofe la triste historia de los abusos sexuales y el modo de enfrentarlo que tomó la Iglesia hasta hace poco tiempo. Caer en la cuenta de esta hipocresía en el modo de vivir la fe es una gracia, es un primer paso que debemos dar”, escribe el Pontífice. Su actitud no sólo es cercana, sino contundente. Anima a Marx a colaborar y a seguir trabajando.