Investigación

Vacunas «made in Spain»

Intranasales, con parches o nebulizadores. Los sueros creados en España innovan en composición y forma de administrarlos

La carrera por una vacuna para la covid acaba de empezar en España. El miércoles la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) aprobaba el inicio de los ensayos clínicos del suero de la gerundense Hipra. Sería una segunda generación de vacunas respecto a las actuales, más eficientes ante las variantes que han frenado la inmunidad de grupo en España. También intentan que sean más económicas de producir, fáciles de guardar y más asequibles para su compra.

El primer escollo ha sido la financiación. Sobre todo, para las entidades públicas como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). No se puede competir con las milmillonarias inversiones de las multinacionales farmacéuticas. Becarios mileuristas con becas inseguras. Los organismos públicos olvidan que invertir en investigación ahora es crear empleo y desarrollo económico en un futuro no lejano. La inversión en ciencia es del 1,5% del PIB cuando en países de nuestro entorno es el doble.

La delantera en las vacunas «made in Spain» la lleva Hipra, que prevé producir 400 millones de dosis de su suero, que comenzará a comercializarse a primeros de 2022 tras los ensayos clínicos en humanos aprobados por la Aemps. Este octubre empezará a producir dosis para que a finales de año esté lista.

El suero fue creado basándose en dos proteínas recombinantes estructuralmente similares, una correspondiente a la variante Alfa y otra correspondiente a la variante Beta, que se unen formando una estructura única llamada dímero, y que se acompañan de un adyuvante que incrementa la respuesta inmunológica respecto a las ahora existentes. Se puede conservar a una temperatura entre 2 y 8 grados y no necesita por lo tanto procesos de congelación.

Hoy lunes comienza la selección de voluntarios en los hospitales Trueta de Girona y Clínic de Barcelona. En un mes y medio está previsto que finalice esta fase y que comience la siguiente, en la que se involucraran otros centros sanitarios de España y, posiblemente, también de Italia y Portugal.

La especialista del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic e investigadora principal del estudio sobre la vacuna de Hipra, Lorna Leal, celebraba la buena acogida del ensayo entre los voluntarios y ha calculado que en las próximas semanas podrán empezar a vacunarlos. «El reclutamiento ha ido muy bien, mejor de lo esperado. Hace unas semanas desde el Hospital Clínic, el Hospital Trueta e Hipra se hizo un llamamiento a la población por si estaban interesados en participar, y la verdad es que la respuesta fue muy buena, recibimos muchísimas llamadas y correos electrónicos mostrando interés en participar».

Aunque la compañía trabaja con la estrategia de que sea una dosis de recuerdo, ya que en el entorno europeo el proceso de vacunación ya está muy avanzado, Leal ha indicado que la vacuna podría administrarse a colectivos que aún no han recibido ninguna inyección, como los niños más pequeños, o para países fuera del entorno europeo que tienen tasas de cobertura mucho menores. «Hay que ir un poco más allá, aparte de que podría ser un refuerzo para esta población, también es cierto que hay otras poblaciones que no están incluidas en las vacunas que tenemos aprobadas, como por ejemplo los niños pequeños, y a lo mejor ésta sería una opción. En esta vacuna se han tenido en cuenta la variante Alfa y la variante Beta»,

Hipra fue fundada en 1954 en Girona y pertenece a la familia Nogareda. Su presidente ejecutivo es David Nogareda. La firma ocupa el sexto lugar en el ranking mundial de vacunas para la salud animal y ha lanzado en los últimos 10 años 22 vacunas veterinarias.

La farmacéutica cerró el ejercicio 2020 con una cifra de negocio de 319 millones de euros, un 15,2% más que un año antes. El 84 por ciento de la facturación proviene de la exportación.

En el CSIC, el científico Luis Enjuanes lidera un proyecto ambicioso. Su suero está basado en un RNA derivado del genoma del virus. Pero no partían de cero. Con la epidemia del MERS de Oriente Medio consiguieron generar la síntesis de este coronavirus, y eso les dio la herramienta esencial para luchar contra el SARS-CoV-2. Los resultados en ratones son muy esperanzadores ya que logran una inmunidad total y no permiten la replicación del virus, anula la capacidad infectiva.

Intranasales

La novedad más llamativa: es intranasal. El motivo radica en que el virus entra prioritariamente en nuestro organismo a través de las vías respiratorias y al administrar la vacuna intranasalmente se inmuniza esa zona y la protección es mayor.

También en el CSIC, en concreto, en el Centro Nacional de Biotecnología se desarrollan las investigaciones de los virólogos Mariano Esteban y Juan García Arriaza. Utilizan como vehículo vacunal un virus altamente atenuado de la familia de la viruela para introducir la proteína de la espícula del SARS-CoV-2, que es la que permite que el virus entre en las células.

De esta forma se logra inmunizar a las personas para que generen anticuerpos contra esa proteína.

Este prototipo ha mostrado una eficacia del 100% en ratones y la compañía biotecnológica española Biofabri, del grupo Zendal, comenzó a fabricar el prototipo vacunal. Pero algo ha pasado. No han recibido autorización de la Aemps para comenzar sus ensayos clínicos en personas. Este ensayo en fase 1, para el que se iba a contar con alrededor de un centenar de voluntarios, iba a realizarse en el madrileño Hospital de la Paz, que ya había comenzado a buscar las personas adecuadas para inocularse el suero experimental para comprobar su seguridad. El CSIC y La Paz confirman que se ha comunicado la paralización pero no los motivos

La ministra de Ciencia, Diana Morant, ha justificado que la Aemps debe que garantizar que el paso a fase clínica tiene que darse con «la mayor de las garantías» pero se ha limitado a decir que los motivos «son confidenciales». Recordó que «solo una de cada tres vacunas que se están estudiando en el mundo pasan de fase preclínica a fase clínica y solo una de cada cuatro acaban siendo una vacuna que al final sale al mercado. Seguimos todos a la espera del informe y, por tanto, de la autorización o no de la Agencia Española del Medicamento, que tiene que tomarse su tiempo . Los investigadores le han pasado la documentación a la Agencia Española y a la vez se estaba ya haciendo una llamada a posibles voluntarios para ese ensayo clínico que todavía no está autorizado y a la vez también se estaba produciendo vacunas para poderlas inocular en caso de autorización», ha precisado.

La vacuna en la que trabaja el científico Vicente Larraga y su equipo del Centro de Investigaciones Biológicas-Margarita Salas del CSIC ha logrado óptimos resultados en los ensayos preclínicos en ratones, en los que además de la vía intramuscular se prueba la administración intranasal e intradérmica. En el caso de la administración por vía intranasal mediante un nebulizador, los ratones vacunados muestran altos niveles de anticuerpos IgG anti RBD a los sietes días de recibirla y mientras que por vía intradérmica a través de parches cutáneos las respuestas se registran a los 15 días, mostrando una respuesta inmunitaria celular elevada en todos los animales vacunados.

Con años por delante

El equipo de Vicente Larraga trabaja en varias mejoras de su candidata con respecto a otras vacunas disponibles. «Ninguna vacuna llega tarde, esta enfermedad va a durar años y necesitamos vacunas mejores, más eficientes y que presenten ventajas», explicó recientemente en un seminario.

La primera de las mejoras es la posible administración de su vacuna por dos vías parenterales: la intramuscular y la intradérmica. En este último caso se utilizarían parches cutáneos, «mucho más fáciles de distribuir», apuntó. En segundo lugar, el equipo prueba «otras proteínas del virus que no mutan» con el fin de «tener vacunas efectivas frente a las nuevas variantes y mejorarlas». Por último, «estamos mejorando la formulación con polímero, así como con otras formulaciones para mejorar la producción industrial de la vacuna». La tecnología de ADN sintético en la que trabajan ya tiene ventajas sobre otras plataformas porque no requiere ultracongelación, «es más fácil de distribuir y puede rehacerse fácilmente para combatir nuevas cepas».

Multinacionales con participación clave española

Cuatro laboratorios repartidos por Madrid, Guadalajara, Galicia y Barcelona se encargarán de alguna etapa en el proceso de producción de vacunas de multinacionales extranjeras.

Laboratorios Farmacéuticos Rovi, en San Sebastián de los Reyes (Madrid), se encarga desde 2021 del llenado de viales, los frascos que contiene el medicamento inyectable, de la norteamericana Moderna.

Creó para eso una nueva línea de producción con equipos para la formulación, el llenado aséptico, la inspección visual automática y el etiquetado para asegurar la producción de millones de dosis de la vacuna para abastecer los mercados de fuera de Estados Unidos. También contrató personal adicional para las operaciones de fabricación y análisis.

El grupo farmacéutico español Insud Pharma se encarga de fabricar en Azuqueca de Henares (Guadalajara) los viales de la vacuna desarrollada por AstraZeneca, encargándose de su llenado y empaquetado. Según el acuerdo con la farmacéutica británica, su planta de Universal Farma recibe de ésta el principio activo ya fabricado, lo que se denomina API (Active Pharmaceutical Ingredient, en inglés). Recibe el líquido congelado y en la planta se realiza el descongelado.

En Barcelona, la farmacéutica Reig Jofre se encarga de la formulación final de la vacuna de Janssen a partir del antígeno, la dosificación en viales con las dosis exactas para uso por parte de los profesionales sanitarios, el envasado aséptico final (viales etiquetados, en sus cajas y con su prospecto) y los controles de calidad requeridos para ser distribuido en el mundo.

Lo realizan en la nueva planta de medicamentos inyectables en Barcelona en Sant Joan Despí, con la que prevén alcanzar una capacidad anual de producción de alrededor de 250 millones de dosis.

La biofarmacéutica Grupo Zendal, a través de su filial Biofabri en la provincia de Pontevedra, se encargará de la producción industrial para la Unión Europea del antígeno de la candidata a vacuna de la compañía norteamericana Novavax, que tiene el propósito de presentar una solicitud de autorización para lanzarla comercialmente a la FDA en Estados Unidos en el cuarto trimestre de este año.