Sociedad
El área de la Mama del grupo Ribera revoluciona el diagnóstico de este tipo de cáncer
Facilita la mamografía 3D con contraste y realiza la firma genética en la biopsia inicial a sus pacientes para detectar tumores de hasta 4 milímetros
El área de la Mama del grupo sanitario Ribera ha transformado el diagnóstico del cáncer de mama, al poner a disposición de sus pacientes la mamografía 3D con contraste, sobre todo en las revisiones a las mujeres que han tenido un episodio previo, así como un proyecto piloto, único en España, que permite realizar la firma genética en la biopsia inicial del tejido sobre el que se realiza el diagnóstico de cáncer.
Y es que hablar de revolución tecnológica e innovación en el diagnóstico de un cáncer como el de mama puede suponer un gran cambio en el presente y el futuro de la vida de una mujer con esta patología. La mamografía 3D con contraste, disponible en la actualidad en los hospitales universitarios de Vinalopó y Torrejón, gestionados por el grupo Ribera, tiene una sensibilidad hasta un 50% mayor en la detección de tumores que la mamografía convencional, según explica la jefa corporativa del área de la Mama, la doctora Julia Camps.
«Esta tecnología detecta tumores de apenas 4 milímetros y permite realizar biopsias por tomosíntesis, para tomar una muestra del tejido mamario con gran precisión e imágenes tridimensionales», asegura. Al detectar tumores en fases tan tempranas, la doctora Camps explica que «nos adelantamos 1-2 años al diagnóstico con mamografía convencional, y esto nos permite además tratar a las pacientes con terapias menos agresivas».
Por lo que respecta a la firma genética, hasta ahora este estudio se realizaba en el tejido procedente de la extirpación quirúrgica de las lesiones, que es el procedimiento habitual. Este proyecto, liderado por la coordinadora de Patología del área de la Mama del grupo Ribera, la doctora Laia Bernet, y que supone realizar el estudio en la biopsia inicial, antes de valorar el plan clínico y terapéutico para la paciente, se ha organizado para obtener los resultados en un tiempo récord, aproximadamente 48 horas, y no los 15 días habituales en este tipo de estudio genético. Y es que la información facilitada puede cambiar ese plan terapéutico hasta un 40% de los casos, según explica la doctora Bernet.
Así de clave es la Radiología y la Patología en los momentos iniciales de la detección del cáncer de mama. La doctora Camps explica que el control de las pacientes con un episodio previo «es difícil con una mamografía convencional, sobre todo por los cambios inducidos en la mama tras el tratamiento anterior».
Además, añade, la morfología o forma de las lesiones puede pasar desapercibida si el tejido de alrededor es muy denso o heterogéneo y, por este motivo, «se aprovecha la capacidad que tienen técnicas funcionales como la mamografía con contraste o la resonancia magnética para poner en relevancia la angiogénesis tumoral o función que permite detectar los cánceres independientemente de su morfología».
No en vano, la sensibilidad de los mamógrafos 3D con contraste del grupo Ribera está muy próxima al 100%, muy similar a una resonancia magnética, y es por eso, explica la doctora Camps, que con esta tecnología «estamos en disposición de dar a las pacientes las máximas garantías de que no ha aparecido una nueva lesión, por pequeña que sea».
Y tanto como el radiodiagnóstico se ha demostrado imprescindible el trabajo de laboratorio que realizan los patólogos, asistidos por biólogos y técnicos especializados. «La información obtenida del estudio genético con dos tests, el de 70 genes para evaluar posible beneficio a quimioterapia y el de 80 genes (BluePrint) para definir el subtipo molecular de tumor, se ha confirmado como clave para el plan clínico y quirúrgico de cada paciente», explica la doctora Laia Bernet. «Supone un gran avance a todos los niveles», añade.
El objetivo de este proyecto piloto, único en España, es personalizar al máximo la asistencia sanitaria, ejerciendo la medicina de precisión, es decir, el tratamiento adecuado, en el momento preciso, para cada paciente. La doctora Bernet asegura que la firma genética «proporciona información crítica en cierto grupo de pacientes, para decidir si van a necesitar o no tratamiento con quimioterapia, permitiendo evitar la toxicidad inherente a dicho tratamiento a las pacientes en las que no aporta beneficio».
«Con la firma genética podemos seleccionar de manera mucho más certera a las pacientes a las que la quimioterapia no les va a reportar beneficio significativo y que, por tanto, serán tratadas con una estrategia distinta, como cirugía con o sin radioterapia, porque su plan terapéutico así lo recomienda», explica.
El proceso consiste en realizar la firma genética de cada paciente en la biopsia inicial y así, la información integrada del estudio patológico habitual, junto con la del estudio genético, está disponible para que el comité de tumores de mama, formado por un equipo multidisciplinar de más de 50 profesionales, pueda valorar y analizar la estrategia terapéutica más adecuada para tratar el cáncer de mama en cada paciente, desde el inicio y de forma personalizada.
«Hemos dado un paso importante, saliendo de la visión reduccionista de las causas del cáncer, centrada solo en las alteraciones genéticas de la célula tumoral», explica. «Ahora tenemos una visión más integrativa, donde todo el paisaje que rodea a la célula importa, incluido por ejemplo el sistema inmune de cada paciente».
El Área de la Mama del grupo Ribera ha puesto en marcha un equipo multidisciplinar en los hospitales universitarios de Torrejón, Torrevieja y Vinalopó y en el Hospital Ribera Povisa (Vigo).
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