Tercera dosis

Pfizer, tras la mayor efectividad de Moderna: optamos por dosis bajas para evitar efectos secundarios

Philip Dormitzer, director científico de Pfizer, desmiente que la compañía esté presionando para que se generalice la dosis de refuerzo de la vacuna

Un técnico inspecciona viales llenos de la vacuna Pfizer-BioNTech COVID-19 en las instalaciones de la compañía en Puurs, Bélgica
Un técnico inspecciona viales llenos de la vacuna Pfizer-BioNTech COVID-19 en las instalaciones de la compañía en Puurs, BélgicalarazonAP

El director científico de Pfizer, Philip Dormitzer, ha respondido a las críticas contra su compañía que le acusan de estar presionando a los legisladores para que aprueben las terceras dosis de su vacuna contra la Covid-19.

En declaraciones al Financial Times, Dormitzer desmiente que la farmacéutica esté impulsando la administración generalizada de las inyecciones de refuerzo a pesar de que el consenso científico no tiene asentado que sean necesarias.

“Nuestro trabajo es crear la herramienta que se necesitará para el problema que se avecina”, dijo. “Si esperáramos hasta que se produjeran avances generalizados de enfermedades graves para avanzar en una solución, sería demasiado tarde”.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha pedido en numerosas ocasiones que no se generalice, de momento, la administración terceras dosis para personas sanas que están totalmente vacunadas, con el fin de que los países de bajos ingresos “se pongan al día”.

Sin embargo, Estados Unidos, con una situación complicada de la pandemia, ofrecerá muy probablemente la tercera inyección a toda su población desde este mes de septiembre. En España, con el aval de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), se limitará la dosis de refuerzo a algunas personas inmunodeprimidas.

Dormitzer también defendió la potencia de su vacuna después de que varios estudios recientes mostraran que la inyección de Moderna provoca una respuesta inmune más fuerte y duradera que la vacuna BioNTech / Pfizer.

Algunos científicos creen que esto se debe a que la dosis de ARNm de Moderna es más del triple que la de Pfizer, a 100 microgramos en comparación con 30 microgramos. Moderna ha solicitado la aprobación de una vacuna de refuerzo de 50 microgramos.

“Usamos el nivel de dosis mínimo que nos dio una respuesta inmune en los adultos mayores que fue mayor que la respuesta inmune que vimos después de la infección natural”, dijo Dormitzer sobre la vacuna BioNTech / Pfizer.

Agregó que “diferentes estudios están mostrando cosas diferentes” y que optar por un nivel de dosis más alto podría haber corrido el riesgo de una mayor incidencia de efectos secundarios.

El ejecutivo apela a la prudencia, y recuerda lo sucedido con las vacunas de AstraZeneca o de Janssen, cuyo uso se vio truncado después de los casos muy poco frecuentes de trombos en algunas personas que habían recibido las inyecciones. Algunos países optaron por pausar o dejar de administrar esas vacunas por completo.

“Tomamos decisiones cuidadosas basadas en la experiencia y en la evidencia sobre a dónde íbamos a ir para equilibrar la respuesta inmune fuerte versus la reactogenicidad”, agregó Dormitzer, refiriéndose al término que los científicos usan para describir los efectos secundarios en los ensayos clínicos.

Dormitzer dijo que era evidente que la eficacia de la vacuna disminuye con el tiempo y sugirió que todos los países probablemente necesitarían seguir el ejemplo de Israel en la administración de refuerzos a toda su población