Violencia de Género
La «violencia digital»: la nueva forma de maltrato contra la mujer
Los expertos en violencia de género analizan qué falla en el sistema para acabar con esta lacra social
Idear nuevas formas de convencer a las víctimas para que denuncien, mejorar la coordinación entre las instituciones implicadas y poner el foco sobre los menores y su uso en redes sociales. Estos serían algunos de los principales puntos a reforzar en el importante camino hacia la erradicación de la violencia de género que han puesto sobre la mesa los expertos asistentes a las «II Jornadas contra el maltrato. Tolerancia Cero», organizadas por Mutua Madrileña y Antena 3 Noticias y han contado con la presencia de la ministra de Justicia, Pilar Llop; el presidente de Mutua Madrileña, Ignacio Garralda y el consejero delegado de Atresmedia, Silvio González, además de jueces, fiscales y fuerzas de seguridad especializadas en la materia. Fue la titular de Justicia quien advirtió al comienzo del debate del «grave problema» que hay entre los jóvenes al normalizar muchos aspectos de la violencia machista. Llop alertó de que este tipo de violencias se van «sofisticando» con las nuevas tecnologías y por eso es importante recordar que éstas no sean un espacio de impunidad: «Lo que se hace en el mundo virtual es tan real como lo que se hace en el mundo físico», recordó.
“Encuentran un entorno hostil”
En esta línea fue también la fiscal de Violencia contra la Mujer Marta Holgado, recordando la importancia de la educación a los más jóvenes. «Enfaticemos en la prevención: la educación es básica. Vemos el efecto multiplicador de redes sociales y si conseguimos que los jóvenes se impliquen de forma activa creo que el éxito puede ser muy importante». Tras recordar la tendencia al alza que vivimos con esta lacra (de 2003 a 2010 subió, bajó hasta 2016 y desde entonces hay una línea ascendente) la fiscal pidió un esfuerzo común para «idear» formas de hacer ver a las víctimas la importancia de la denuncia, al tiempo que hizo autocrítica. «Cuando llegan a nosotros se encuentran con un entorno hostil: hasta nuestra ropa (la toga), el lenguaje que empleamos... Necesitamos formación en el tratamiento a la víctima para minimizar el daño que el proceso le va a hacer y conocer las características de cada estadio en el que se encuentre cuando nos llega». Según explicó, hay tres principales fases: la elaboración de la tensión (pequeñas broncas), fase de explosión (no hay golpes explícitos pero sí amenazas) y es aquí cuando puede que se acerque al sistema. Pero luego entramos en fase «luna de miel»: reconquista de la víctima, vuelta a la calma y ahí, según la experta, está el peligro: la víctima retira la denuncia y, con ella, pocas posibilidades de éxito en el proceso.
El 80% no denuncia
Muy de acuerdo estaba con ella alguien que conoció este infierno de primera mano. Marina Marroquí, dice que, de media, una mujer tarda en estar psicológicamente preparada en relatar lo vivido son ocho años. «A mi me estranguló, me violó, me quemó e intentó asesinar», relató. Marina dio dos apuntes importantísimos: la detección precoz no puede depender de la víctima porque ella está «en un laberinto» y que si las mujeres no van a denunciar (el 80% no lo hace) es porque creen que no las van a creer.
La importancia de lo que se vayan a encontrar en esas oficinas de denuncian las conocen muy bien los responsables policiales. Tanto Daniel Moreno, responsable de la Emume de la Guardia Civil, como Elena Palacios, de la UFAM Central de Policía Nacional. Ésta última se centró en la importancia de reconocer la “violencia vicaria” y cómo los centros escolares son el epicentro de todo y por eso trabajan allí: a la “profe” es a quien van a contar lo que ha pasado y también pueden reconocer patrones que hay en su casa y que no saben que son dañinos.
“Tienen mucha lealtad hacia sus padres”
En este sentido, la psicóloga Victoria Noguerol recordó la importancia de la exploración a los menores, darles tiempo y espacio para que se atrevan a contarles algo que no quieren que sus padres sepan que lo están haciendo pero esto a veces “choca” con los tiempos del sistema, ya que los jueces tienen hasta 72 horas para decidir si implantan medidas cautelarísimas ante una denuncia inicial. Y es precisamente contra este “muro”: las garantías del estado de derecho y la presunción de inocencia, contra el que chocan multitud de procesos judiciales, como no debe ser de otra forma, según recordó la jueza de Violencia sobre la Mujer María Jesús López. “Aunque el testimonio de los niños sea fundamental, es obligatorio informarles de que lo que digan van a saberlo sus padres y que no tienen por qué declarar”.
La cifra negra del ámbito rural
Uno de los puntos a reforzar es la violencia de género en el ámbito rural, donde actúa Guardia Civil. Por eso Moreno incidió en la importancia de no cerrar cuarteles en los pueblos y dotar de más medios porque en estos entornos es más complicado aún que la mujer denuncie por la repercusión social. “El 85% de los municipios españoles están a cargo de la Guardia Civil pero se reciben 3 veces más denuncias en municipios de mucha densidad que en los menores: la cifra negra en el ámbito rural es mayor, no que la violencia ocurra menos”, destacó.
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